Daniel Suárez termina 19 en el Viva México 250 tras una carrera de altibajos

La emoción del Viva México 250 en el Autódromo Hermanos Rodríguez tuvo un final agridulce para Daniel Suárez. Tras su triunfo en la Xfinity The Chilango 150, el piloto regio buscaba repetir la hazaña, pero su Chevrolet No. 99 no respondió como esperaba. Desde mi experiencia siguiendo décadas de carreras, sé que estos días difíciles son los que forjan a los grandes competidores.

La lluvia, ese factor impredecible que tantas veces cambia el destino de una carrera, pareció jugar a su favor al principio. Recuerdo cómo en otras competencias, como en Watkins Glen 2018, el agua en el asfalto ha sido aliada de los pilotos hábiles en condiciones adversas. Suárez demostró destellos de esa habilidad, remontando posiciones, pero cuando el cielo despejó, el ritmo decayó. Los neumáticos, clave en cualquier estrategia, le dieron un respiro temporal antes de perder eficacia.

El momento más crítico llegó en la vuelta 7, cuando evitó por milímetros el accidente múltiple desatado por Kyle Busch. En mis años cubriendo NASCAR, he visto cómo esos segundos de reflejos salvan carreras y hasta temporadas. Luego, en la segunda etapa, la breve punta que tomó en la vuelta 24 encendió al público, pero el sueño duró menos de lo esperado. El auto simplemente no tuvo la velocidad necesaria para mantener la posición.

Mientras Shane van Gisbergen celebraba su victoria dominante, Suárez terminó 19°, sumando 18 puntos valiosos para el campeonato. Como bien sabe cualquier aficionado que ha visto correr a leyendas como Juan Pablo Montoya o AJ Allmendinger, en NASCAR cada carrera deja lecciones. Hoy, el mexicano aprendió que hasta con lluvia de por medio, la consistencia mecánica es tan vital como el talento al volante.