Diego Cocca asume el timón del Titanic rojinegro

En un acto de abnegación que conmovería hasta al más cínico, Diego Cocca aterrizó hoy en Guadalajara para asumir el rol de capitán del Atlas, ese célebre transatlántico que lleva décadas chocando contra el mismo iceberg. El técnico, conocido por su habilidad para resucitar cadáveres futbolísticos (y luego volverlos a enterrar), juró lealtad a un equipo que acumula más derrotas que un político en año electoral.

“¿Rechazar al Atlas? ¡Jamás!”, declaró Cocca con la solemnidad de quien firma su propio testamento. “Aunque el barco ya tenga 20 agujeros (uno por cada gol encajado) y la tripulación se ahogue en el puesto 12, aquí estoy, como un náufrago que vuelve al naufragio por nostalgia”.

El estratega, quien pasaba sus días en paz viendo cómo otros sufrían en la Liga MX, confesó entre líneas: “Claro que hubiera preferido dirigir a un equipo… digamos, existente. Pero cuando el destino te pone delante un proyecto sin rumbo, ¿qué hacer? ¡Abrazar el caos!”.

Su predecesor, Gonzalo Pineda, abandonó el cargo tras el último bochorno (3-0 contra Pachuca), dejando como legado una defensa más sólida que un colador. Cocca prometió “poner al equipo donde debe estar”, aunque la física cuántica sugiera que ese lugar es el descenso.

El domingo debutará ante Querétaro, en un duelo que promete ser menos un partido y más una terapia grupal para masoquistas. Bienvenido al circo, señor Cocca. Que los dioses del fútbol (y el humor negro) lo acompañen.