Conéctate con nosotros

Deportes

Red Bull se ahoga en su propio energizante mientras McLaren festeja

La escudería austriaca enfrenta una crisis sin precedentes mientras su estrella lucha por remontar una desventaja histórica.

Avatar

Publicado

en

En un giro irónico digno de una tragicomedia shakespeariana, Red Bull —esa fábrica de victorias que solía beber las lágrimas de sus rivales— ahora chapotea en su propio charco de mediocridad. Max Verstappen, el tetracampeón que hace seis meses parecía invencible, hoy luce tan perdido como un turista sin GPS en el laberinto de la temporada 2025.

El Gran Premio de Austria fue un espectáculo bochornoso: el neerlandés, tras rozar el monoplaza de Antonelli como si intentara firmar un pacto de no agresión con Mercedes, abandonó en la primera vuelta. Mientras tanto, Yuki Tsunoda completó el cuadro patético cerrando la parrilla, como si la escudería hubiera decidido participar en una exhibición de humildad no solicitada.

Los ingenieros de Milton Keynes, otrora alquimistas que convertían el aire en velocidad, ahora murmuran sobre “actualizaciones prometedoras” con la misma credibilidad que un político en año electoral. Helmut Marko, el oráculo de Red Bull, admitió lo obvio: el campeonato se les escurre entre los dedos como arena en playa. ¿La causa? Una combinación letal: monoplazas más lentos que un trámite burocrático y un Piastri que corre como si McLaren le hubiera inyectado jet fuel en lugar de gasolina.

Anuncio

Silverstone se perfila como el último acto de esta farsa. Verstappen necesita no solo ganar, sino que sus rivales sufran una colectiva amnesia sobre cómo conducir. Mientras tanto, Christian Horner probablemente revisa contratos de patrocinio… por si acaso la bebida energética decide cambiar de deporte al ajedrez.

Anuncio
Anuncio

Ultimas Publicadas

Anuncio

Lo mas visto del día