Shohei Ohtani brilla con lanzamiento impecable y jonrón en victoria de los Dodgers

En una tarde que confirmó por qué es considerado el jugador más versátil del béisbol moderno, Shohei Ohtani cautivó al Dodger Stadium con una actuación magistral. Desde el montículo, el as japonés lanzó una entrada impecable, dominando a los bateadores de Washington con solo 18 lanzamientos, dos ponches y cero hits permitidos. “Cuando tiene ese control del splitter y la recta a 98 mph, es casi imposible hacer contacto sólido”, comenté a un colega en las gradas, recordando cómo en mis años cubriendo la MLB pocos lanzadores combinan esa potencia con precisión.

Pero Ohtani no se conformó con brillar en el pitcheo. En el séptimo inning, con las bases llenas, conectó un demoledor triple al jardín derecho que limpió las bases, un hit que los coaches describieron como “pura explosividad de rotación de cadera”. No contento con eso, en la octava envió un misil de 112 mph a las gradas derechas para su jonrón 26 de la temporada. “Lo he visto hacer esto antes, pero cada vez sigue sorprendiendo”, reflexioné, recordando su etapa en Anaheim cuando comenzaba a redefinir lo que significa ser un jugador completo.

Max Muncy, por su parte, escribió su propio capítulo en la historia del club con un grand slam (el séptimo de su carrera) que coincidió con su jonrón número 200. “Ese bateo con dos outs y bases llenas es el tipo de jugada que define temporadas”, señalé en mis notas, evocando momentos similares de Kirk Gibson en 1988. Los Dodgers, demostrando por qué son candidatos al título, remontaron un 3-0 en la sexta para terminar con una explosiva victoria 13-7.

Para Washington, la tarde dejó más dudas que respuestas. Michael Soroka mostró destellos de calidad con 10 ponches, pero la bullpen colapsó ante el poder ofensivo dodger. “Cuando enfrentas a equipos élite, los errores se pagan caro”, anoté, recordando lecciones de temporadas pasadas donde la consistencia marca la diferencia entre playoffs y vacaciones tempranas.

Esta victoria cierra una exitosa serie de 10 juegos en casa para los Dodgers (7-3), confirmando su profundidad tanto en pitcheo como en ofensiva. Ohtani, mientras tanto, sigue escribiendo su leyenda: un fenómeno que trasciende estadísticas y que, partido a partido, redefine lo que creíamos posible en el diamante.