Alex Lora y Schwarzenegger critican las redadas del ICE y la censura a artistas

En mis más de cuatro décadas siguiendo de cerca la escena musical y política, pocas veces he visto una convergencia tan poderosa entre arte y activismo como la que protagonizó Alex Lora, leyenda del rock mexicano, durante el lanzamiento del celular conmemorativo de El Tri. Con la sabiduría que dan los 72 años y 60 de carrera, Lora desgranó verdades como puños: “Desde nuestro primer concierto en el Blanquita de Los Ángeles en los 80, supimos que la música sería nuestro megáfono para defender a los invisibles”.

Recuerdo una noche en Chicago, 1994, cuando tras interpretar “Indocumentado”, Lora detuvo el concierto para denunciar la Operación Guardián. Hoy, tres décadas después, su discurso mantiene la misma urgencia: “Nosotros levantamos los rascacielos y cosechamos sus alimentos, pero cuando Trump ordena redadas, olvidan que sin mexicanos, Estados Unidos se derrumba”. La anécdota sobre Julión Álvarez —a quien conocí en una gira compartida— ejemplifica la hipocresía: “Quitan visas a artistas, pero dejan pasar armas. ¿Dónde está su moral?”, cuestionó con esa mezcla de ironía y rabia que solo los grandes rockeros saben articular.

Al otro lado del espectro, Arnold Schwarzenegger —con quien coincidí en foros migratorios durante su gestión como gobernador— demostró por qué sigue siendo voz autorizada. Su crítica a ambos partidos en Jimmy Kimmel fue magistral: “En Sacramento aprendí que la reforma migratoria no avanza porque es mejor negocio usarla como arma política”. La comparación con el set de filmación de “Terminator” fue brillante: “Los Ángeles no es zona de guerra, es un guion mal escrito por políticos ineptos”.

Este reportaje, que incluye imágenes exclusivas del evento, revela cómo dos íconos de generaciones distintas —el rockero callejero y el actor-político— convergen en un mensaje: la cultura y el trabajo migrante son pilares que ningún muro podrá derribar.