El capitalismo se viste de Prada en secuela distópica

El capitalismo se viste de Prada en secuela distópica

La nueva liturgia del culto al consumo masivo se estrenará globalmente en primavera de 2026.

La Santa Inquisición de la Alta Costura ha desvelado su primer manifiesto propagandístico, donde exhibe el retorno triunfal de sus sumas sacerdotisas al altar del consumismo devorador. En este documento audiovisual, cuidadosamente coreografiado para hipnotizar a las masas, se escucha el himno sacramental “Vogue” – esa oda maravillosa a la vacuidad que convirtió la superficialidad en virtud teológica.

Las imágenes revelan con orgullo los instrumentos de tortura fashion: los emblemáticos tacones de aguja color sangre que simbolizan los años de podredumbre podálica que toda acólita debe sufrir para alcanzar la iluminación corporativa. Los accesorios brillan como joyas en la corona de un imperio construido sobre el sudor de becarias explotadas y el llanto de aspiracionistas ingenuas.

La escena culminante nos transporta al confesionario vertical donde la Pontífice Máxima Miranda pronuncia las palabras sagradas: “Ya era hora”. Una sentencia que resume diecinueve años de espera para esta necesaria reafirmación de que la opresión laboral disfrazada de empoderamiento sigue siendo el producto mejor vendido del siglo.

La obra original fue aclamada como fábula moral sobre el sacrificio humano en el altar de la ambición capitalista, donde las dificultades femeninas se maquillaban con brillo de labios caro y se calzaban con zapatos de diseñador. Esta secuela promete profundizar en esta distopía elegante, llevándonos de regreso a las catedrales comerciales de Nueva York donde el acoso laboral se viste de haute couture y la explotación huele a perfume exclusivo.

El elenco de cómplices incluye a renombrados mercaderes de sueños vacuos, todos dirigidos por el gran arquitecto de ilusiones David Frankel. La ceremonia de iniciación colectiva está programada para el 30 de abril de 2026 en México, mientras que el vecino del norte deberá esperar hasta el primer día del mes consagrado a los trabajadores – ironía que seguramente escapará a la mayoría de los devotos.

En esta nueva entrega del catecismo consumista, descubriremos cómo el sistema perfecciona su alquimia: transformando la autoestima de las mujeres en ansiedad por pertenecer, y el talento en lealtad brand. Porque en el gran teatro del capitalismo tardío, el diablo ya no se esconde en los detalles: lleva tacones rojos y sonríe desde la portada de Vogue.

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