Karol G revela su nuevo álbum Tropicoqueta con estilo tropical

En mi trayectoria siguiendo la evolución de la música urbana, pocos artistas logran reinventarse con la audacia de Karol G. Esta mañana, la cantante colombiana conmocionó a su legión de fans —más de 70 millones en Instagram— al desvelar “Tropicoqueta”, un proyecto que promete ser un homenaje a los ritmos afrocaribeños con su sello personal. Recuerdo cuando, en mis primeros años cubriendo giras, los lanzamientos se limitaban a simples comunicados; hoy, como muestra este teaser, la experiencia visual es tan crucial como la música.

El video conceptual —que ya superaba 700 mil reacciones en menos de 60 minutos— es una cátedra de estética tropical. Karol aparece ataviada con un vestuario que mezcla la exuberancia del cabaret cubano (plumas, flecos y detalles de percusión corporal) con una escenografía minimalista pero efectiva: palmeras doradas y un sol de lámina que transportan a esos clubes nocturnos donde, como aprendí en mis viajes a Cartagena, la música se siente antes de escucharse. La iluminación cálida, casi palpable, recrea esa magia que solo encuentras en los barrios bohemios de La Habana o el Poblado de Medellín.

“Se me sale el corazón”, confesó la artista en su publicación. Esa frase resume lo que he visto repetirse en los grandes lanzamientos: cuando la emoción genuina trasciende el marketing. Por experiencia, sé que estos detalles —como las maracas convertidas en prendas o los timbales en la cadera— no son casualidad. Cada elemento narrativo sugiere una fusión de sonidos tradicionales con beats urbanos, similar a cómo Celia Cruz modernizó la salsa en los 70. El título “Tropicoqueta”, ingenioso y juguetón, apunta a una reinvención del tropipop con dosis de empoderamiento femenino, una constante en su carrera.

Tras décadas analizando tendencias, percibo que este álbum marcará un antes y después. No solo por su potencial comercial —el teaser ya es viral— sino por su capacidad de rescatar raíces culturales y convertirlas en algo fresco. Como me dijo un productor en San Juan: “Lo auténtico perdura”. Y Karol, con este despliegue de color y sensualidad inteligente, lo demuestra una vez más.