El Sistema Penitenciario Reconfigura la Sentencia de un Magnate Musical
La estadía carcelaria de Sean “Diddy” Combs en el Instituto Correccional Federal Fort Dix, en Nueva Jersey, ha tomado un giro inesperado. Su fecha de liberación, originalmente proyectada para el 8 de mayo de 2028, ha sido oficialmente reprogramada, extendiendo su reclusión hasta el 4 de junio del mismo año.
Este cambio en su calendario de condena surge en un contexto de reportes que detallan varias transgresiones a las normas del centro penitenciario. Según la publicación Page Six, el empresario fue descubierto consumiendo una bebida alcohólica de fabricación ilegal, un fermento artesanal creado a partir de azúcar, refresco Fanta y manzanas.
Frente a estas acusaciones, la representación del rapero adoptó una postura de cuestionamiento hacia la narrativa oficial. Un portavoz sugirió que se trataba de rumores amplificados y destacó que Combs apenas iniciaba su proceso de adaptación en Fort Dix, luego de ser trasladado desde el Centro de Detención Metropolitana de Brooklyn. “Solicitamos que se le otorgue el beneficio de la duda y la privacidad indispensable para que pueda enfocarse en su desarrollo personal”, argumentó el representante.
Un Patrón de Controversias Institucionales
La situación se complica con otro incidente reportado la semana pasada. Las autoridades correccionales impusieron una sanción a Combs por participar en una comunicación telefónica no autorizada de tres vías, un episodio ocurrido antes de su reubicación en Nueva Jersey. La defensa del artista alegó un desconocimiento de la reglamentación, debido a que no había recibido el manual de inducción para reclusos.
Su equipo gerencial reforzó esta postura, afirmando que dicha llamada estaba amparada bajo el privilegio de confidencialidad entre abogado y cliente, y por lo tanto, no constituía una acción indebida.
El encarcelamiento de Combs se remonta a su arresto en septiembre de 2024, enfrentando cargos graves que incluyen conspiración de crimen organizado, trata sexual mediante fuerza, fraude y coerción, y transporte con fines de prostitución. Estos nuevos eventos dentro de la prisión añaden capítulos adicionales a su complejo proceso legal y de rehabilitación.
