El 24 de junio de 1935, el mundo del tango se detuvo. Carlos Gardel, la voz que había llevado la música argentina a los escenarios más prestigiosos, perdió la vida en un accidente aéreo en Medellín. Pero, ¿qué ocurrió realmente en esos últimos segundos? ¿Por qué su muerte desencadenó una ola de dolor que incluso llevó a una joven admiradora al suicidio?

Gardel no era solo un cantante; era un fenómeno cultural. Su estilo impecable, su voz inconfundible y su carisma lo convirtieron en un símbolo de elegancia y éxito. Grabó casi mil canciones, protagonizó películas en Hollywood y París, y revolucionó el tango con temas como “Mi noche triste”, considerado el primer tango canción. Pero su legado quedó truncado en el aeropuerto de Las Playas, hoy Olaya Herrera.

El testimonio que revela la verdad

José Aguilar, único sobreviviente del vuelo fatal, relató en una entrevista exclusiva para El Universal Ilustrado los momentos previos al impacto. “Gardel estaba sentado cerca del piloto. De pronto, gritó y se cubrió el rostro con los brazos”, declaró. Aguilar, gravemente herido, logró escapar del avión en llamas, pero su relato desmiente las teorías que sugerían que Gardel había sobrevivido. “Entre los restos encontraron un trozo de su camisa con sus iniciales”, aseguró.

La fan que no pudo vivir sin él

Tres días después del accidente, una joven de 20 años, Estelita de Elrigel, ingresó a un hotel de Nueva York donde Gardel solía hospedarse. Bebió un frasco de veneno y dejó una nota desgarradora: “Ahora que ya no te volveré a ver, quiero morir en este lugar donde por última vez te vi con vida”. Su muerte fue un eco del impacto emocional que Gardel generaba en sus seguidores.

El estilo que lo hizo inmortal

Más allá de su voz, Gardel fue un ícono de moda. Sus trajes a medida, sombreros fedora y zapatos impecables reflejaban la aspiración de una época. Encarnó el sueño del inmigrante que, con talento y estilo, conquistó el mundo. Hoy, 90 años después, su legado sigue vivo, no solo en sus grabaciones, sino en la leyenda que rodea su trágico final.

¿Fue Gardel víctima de un destino cruel o su muerte consolidó su mito? La respuesta, como su música, sigue resonando en el tiempo.