Marilyn Manson desafía a San Luis Potosí con un show cargado de polémica

La noche del recital de Marilyn Manson en la Fenapo de San Luis Potosí no fue solo un evento musical, sino un campo de batalla ideológico. Tras semanas de presión de grupos religiosos y padres de familia, el controvertido artista tomó el escenario con un mensaje claro: la provocación como arte. ¿Fue realmente un concierto o un acto de desafío a las normas sociales?

Testigos describen un ambiente electrizante en el Teatro del Pueblo, donde las luces proyectaban cruces invertidas y los acordes de Disposable Teens resonaban como un manifiesto generacional. Fuentes cercanas al backstage revelaron que el gobernador Ricardo Gallardo, vestido de negro, intercambió palabras con Manson antes del show. ¿Qué discutieron? Oficialmente, fue un gesto protocolario, pero algunos asistentes aseguran haber visto documentos siendo firmados.

La polémica se intensificó cuando las pantallas mostraron imágenes del concierto de Black Sabbath cancelado en 1989. ¿Coincidencia o guiño calculado? Mientras, afuera del recinto, una cabeza de vaca apareció frente a la catedral, alimentando teorías sobre rituales. El arzobispo Cavazos había advertido sobre la “influencia corruptora” del artista, pero los jóvenes que acamparon por boletos demostraron que su mensaje sigue calando hondo.

Este reportaje indaga en lo que los titulares no cuentan: las estrategias de Manson para desafiar tabúes, los intereses políticos detrás de su visita y el pulso entre tradición y rebeldía en una sociedad dividida. La verdad podría ser más compleja que un simple show de rock.