Molotov fermenta su legado con una cerveza irreverente

En un acto que fusiona el capitalismo tardío con el rock contestatario, los profetas del caos sonoro conocido como Molotov anunciaron su más reciente proyecto líquido: una cerveza bautizada con el sutil nombre de “Molocha”. Así, los otrora críticos del sistema ahora embotellan su rebeldía a $120 pesos la unidad, porque nada dice “contracultura” como una merchandising premium.

La banda, que cumple tres décadas escupiendo verdades incómodas (y acordes disonantes), prepara una gira mundial donde, además de canciones, repartirá cruda realidad en lata. “Es artesanal, como nuestra música”, declaró Miky Huidobro mientras abría solemnemente la primera bebida, en un ritual que mezclaba el marketing viral con la eucaristía del consumo.

El lanzamiento coincidirá con su participación en el Beer Fest de Morelos, evento que reunirá a otras luminarias del rock nacional en lo que algunos han llamado “el Woodstock de las marcas patrocinadoras”. Allí, entre riff y riff, los asistentes podrán degustar esta pócima espumosa que promete “el mismo efecto desinhibidor que nuestros conciertos, pero con menos arrestos”.

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Detrás de esta aventura cervecera yace un profundo mensaje filosófico: en la era de la economía de la atención, hasta los íconos anticomerciales deben diversificar sus ingresos. ¿Próximo movimiento? Rumores sugieren una línea de salsas picantes llamada “Lyricálgebra”, porque si algo sabe Molotov es que la revolución se sazona mejor con ganancias marginales.