Un Momento de Alarma en la Alfombra Verde
La alfombra verde de la premier de “Wicked: For Good” en Singapur, un evento destinado a la celebración, se transformó en escenario de una vulnerabilidad alarmante. Junto a Cynthia Erivo y otros miembros del elenco, Ariana Grande experimentó un instante de perplejidad y zozobra cuando un individuo irrumpió el perímetro de seguridad.
¿Cómo fue posible que un joven lograra traspasar las barreras y hacer contacto físico con la actriz durante segundos que se sintieron como una eternidad? Este suceso, lejos de ser un incidente aislado, levantó un velo sobre las fisuras en los protocolos destinados a proteger a las figuras públicas.
La Identidad del Intruso: Un Patrón Peligroso
La investigación periodística revela rápidamente que el autor no es un admirador común. Jhonson Wen</strong, conocido en las redes como Pijama Man, es un personaje que ha cultivado una inquietante notoriedad. Su estrategia: burlar la custodia para embestir de forma brusca contra artistas.
Al rastrear su historial, surge un patrón de conducta recurrente. Sus acciones no son espontáneas, sino parte de un modus operandi que ya había interrumpido conciertos de The Weeknd y Katy Perry, e incluso la final de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023. La pregunta obligada es: ¿por qué un historial tan extenso no activó mecanismos de prevención más estrictos a nivel global?
Las Reacciones y la Insuficiente Rendición de Cuentas
Mientras Cynthia Erivo y el equipo de seguridad reaccionaron con presteza para separar al intruso de una Ariana visiblemente consternada, las consecuencias para el responsable parecen ser, una vez más, mínimas. Horas después del altercado, Wen compartía en su cuenta de Instagram un mensaje que raya en la burla: “I’m free after being arrested” (“Estoy libre después de ser arrestado”).
Este comunicado, lejos de ser una disculpa, se erige como un testimonio de la impunidad con la que parecen actuar estos individuos. El silencio por parte de Ariana Grande y su equipo es elocuente, pero plantea una cuestión más profunda: ¿hasta qué punto la industria del espectáculo está normalizando estas vulneraciones a cambio de no generar más publicidad negativa?
Conclusión: Una Vulnerabilidad Sistémica Expuesta
El incidente en Singapur no es una anécdota. Es un síntoma de una falla de seguridad sistémica que pone en riesgo la integridad física y emocional de los artistas. La revelación final es incómoda: existe una brecha entre la aparente fortaleza de los eventos de gala y la facilidad con la que pueden ser violados por quienes buscan notoriedad a cualquier costo. Mientras no exista una coordinación internacional para identificar y restringir el acceso a personajes como Wen, la pregunta no es si volverá a suceder, sino cuándo y con qué consecuencias.

















