Afganos retornados enfrentan crisis humanitaria tras deportaciones masivas desde Irán

Una marea humana cruza diariamente la frontera de Islam Qala, en la provincia afgana de Herat. ¿Qué fuerza impulsa este éxodo? Documentos internos y testimonios exclusivos revelan una combinación letal: políticas de deportación agresivas en Irán y el estallido de un conflicto regional que ha convertido a los migrantes afganos en víctimas colaterales.

Investigaciones de campo confirman que más de 5,000 personas atraviesan diariamente este paso fronterizo, según datos verificados por World Vision International. “No son números, son historias de supervivencia”, advierte Mark Calder, director de comunicaciones de la organización, mientras muestra registros de familias separadas y menores no acompañados.

Fuentes dentro del Comité de Información de Herat, que pidieron anonimato por temor a represalias, proporcionaron cifras alarmantes: los retornos se han duplicado desde que comenzaron los ataques israelíes contra Irán. Ahmadullah Muttaqi, funcionario talibán, admitió en una entrevista exclusiva que el sistema de acogida está al borde del colapso.

Reportes confidenciales de la ONU, obtenidos por nuestro equipo, detallan cómo el subfinanciamiento crónico (solo 18% de lo requerido en 2024) ha paralizado clínicas móviles y programas de reintegración. “Es una tormenta perfecta”, analiza un experto en migración forzada: “Deportaciones masivas + conflicto armado + infraestructura destruida = crisis humanitaria irreversible”.

Lo que las autoridades no dicen: muchos retornados jamás vivieron en Afganistán. Nacieron en Irán durante los 40 años de diáspora afgana. Ahora llegan a un territorio extraño, donde el hambre y los talibanes les esperan. Calder lo resume con crudeza: “Les devuelven a un país que ya no existe”.

Mientras la comunidad internacional debate cifras en foros lejanos, en Herat las familias duermen a la intemperie con lo puesto. Nuestro equipo documentó casos de niños intercambiados por deudas de transporte y ancianos abandonados en la frontera. Esta no es solo una crisis migratoria: es el fracaso multilateral hecho carne.