Alcaldes pactan no cooperar en redadas migratorias en la frontera

En un giro digno de una tragicomedia burocrática, las autoridades de Nuevo Laredo y Laredo, Texas, han decidido que la mejor forma de resolver la crisis migratoria es… ¡haciendo exactamente lo contrario de lo que hace el resto del país! Mientras California se convierte en el escenario de redadas estilo película de acción, estos valientes líderes fronterizos han optado por el revolucionario método de “mirar para otro lado”.

La alcaldesa Carmen Lilia Canturosas, en una muestra de realismo mágico institucional, anunció con orgullo que su ciudad no participará en “esas vulgaridades” llamadas deportaciones. “Somos agentes de paz, no cazadores de indocumentados”, declaró, como si la frontera fuera un concurso de Miss Simpatía y no una zona donde el drama humano se repite cada día. Eso sí, aclaró que si los migrantes necesitan seguridad, estarán ahí… pero sin preguntar demasiado, porque eso sería “maleducado”.

El alcalde texano Víctor Treviño, por su parte, demostró que la cooperación binacional es posible… cuando se trata de no hacer nada. “Trabajamos de la mano”, dijo, aunque esa mano parece estar firmemente metida en el bolsillo de la inacción. Mientras tanto, las deportaciones continúan a ritmo de 60 a 100 personas diarias, cifra que las autoridades describen como “normal”, como si el sufrimiento humano pudiera medirse en estadísticas aceptables.

El plan de contingencia, digno de un sketch absurdo, incluye un autobús para trasladar deportados (servicio opcional, sujeto a disponibilidad) y la innovadora política de “no fichar a mexicanos porque son del país”. ¿Perderles la pista? ¡Detalle técnico! Al fin y al cabo, como dijo la alcaldesa: “No hemos tenido algo fuerte en esta ciudad”. ¿O será que han normalizado lo inaceptable?

Entre declaraciones edulcoradas y comunicados que parecen sacados de un manual de cómo no resolver problemas, estos funcionarios han descubierto la fórmula mágica: si ignoras el conflicto lo suficiente, quizás desaparezca. O al menos, hasta las próximas elecciones.