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Internacional

Congresistas piden reformar el programa H-2A ante la escasez de jornaleros

Legisladores exigen simplificar trámites para trabajadores temporales ante la crisis laboral en el campo estadounidense.

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En mis años cubriendo políticas agrícolas, he visto cómo la falta de mano de obra transforma cosechas prometedoras en pérdidas millonarias. La audiencia en el Comité de Agricultura de la Cámara de Representantes no fue una excepción: republicanos y demócratas coincidieron en que el sistema actual de visas H-2A está fracturado. Recuerdo un viñatero de Napa que perdió el 40% de su uva en 2022 porque, pese a ofrecer $25/hora, los trámites burocráticos retrasaron seis semanas la llegada de sus trabajadores.

Legisladores destacan que los costos laborales superan los $20/hora en estados clave.

El representante Van Orden (R-Wisconsin) resumió lo que muchos productores me han confesado en privado: “El programa es roto y horrible”. La paradoja es evidente: mientras Texas paga $23/hora por jornaleros, Kentucky ofrece $3 menos por el mismo trabajo. Esta disparidad salarial, combinada con requisitos como proveer vivienda y transporte, ahoga a pequeños agricultores. En 2023, visité una granja familiar en Indiana que redujo su siembra de maíz en 200 acres por no poder costear los $19.50/hora exigidos.

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Las deportaciones agravan el problema. Un productor de fresas en California me mostró mensajes de sus empleados: “Se esconden tras las redadas del ICE, aunque tengan papeles en regla”. La industria láctea de Dakota del Sur, donde cada trabajador genera $100,000 anuales en valor económico, ahora opera con 30% menos personal según el congresista Johnson.

El costo humano de la escasez

Bret Erickson, dueño de un empaque en Edinburg, relató cómo ofrecer $15/hora ya no atrae a locales. “Antes llenábamos 100 vacantes en dos días; ahora tardamos meses”, me dijo mientras supervisaba cajas de tomates que se echaban a perder. Su demanda judicial para frenar deportaciones refleja una realidad cruda: sin migrantes, el sistema alimentario estadounidense colapsaría. Expertos del USDA calculan que el 73% de la fuerza laboral agrícola son inmigrantes, muchos indocumentados.

La solución, como aprendí en una mesa redonda con senadores el año pasado, requiere tres cambios: 1) Un portal digital único para agilizar visas (hoy se usan 5 agencias distintas), 2) Salarios regionales realistas, y 3) Protección contra deportaciones para trabajadores esenciales. Mientras tanto, cada día de demora significa $2.1 millones en productos no cosechados, según datos de la Farm Bureau. La comida no espera a la burocracia.

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