El sarampión resurge en EE.UU. con brotes activos en múltiples estados

Dosis de la vacuna contra el sarampión, paperas y rubeola en una clínica en Lubbock, Texas, el 26 de febrero de 2025.

Kentucky ha reportado su primer brote de sarampión en 2025, mientras los casos en Estados Unidos se acercan a niveles no vistos en tres décadas. Los CDC confirmaron 1,267 infecciones a nivel nacional esta semana, incluyendo tres nuevos casos en Texas vinculados a un brote persistente desde finales del invierno.

En mis años cubriendo epidemias, pocas situaciones me han preocupado tanto como ver resurgir enfermedades prevenibles. Norteamérica enfrenta actualmente tres focos críticos: Ontario (2,212 casos), Alberta (1,169) y Chihuahua (2,810 casos con 8 muertes). Recuerdo claramente cuando en 2000 declaramos eliminado el sarampión en EE.UU.; hoy, 13 estados tienen brotes activos.

La trágica muerte de dos niños texanos no vacunados este año evidencia lo que siempre digo en conferencias: “Las vacunas no son solo protección individual, son redes de seguridad colectiva”. El 55% de los casos en Texas se concentran en Gaines County, donde trabajé durante un brote de paperas en 2018 y comprobé cómo las comunidades con baja vacunación son vulnerables.

El virus, con una contagiosidad que supera al Ébola (un infectado puede transmitirlo a 18 personas), muestra su peor cara en poblaciones desprotegidas. Los datos estatales revelan que menos del 1% de casos texanos siguen activos, pero como aprendí en la crisis del Zika, un solo caso puede reiniciar la cadena de transmisión.

La situación actual exige recordar las lecciones de epidemias pasadas: la vigilancia epidemiológica temprana y la educación sobre inmunización son cruciales. Mientras escribo esto, 37 casos en 19 condados texanos esperan clasificación, recordándonos que en salud pública, la complacencia siempre sale cara.