Sus hijos se molestaron al comienzo por no ayudarlos, pero luego comprendieron que no era una esclava. Los crió a ellos, no le tocaban los nietos.
Aunque todos adoramos a nuestras abuelas, en ocasiones muchos padres no comprenden que no es deber de ella cuidar a sus hijos. Piensan que por estar en casa no tienen nada mejor que hacer, cuando la realidad es que ya han hecho mucho y disfrutan mucho de poder descansar.
En ocasiones esto causa problemas, pues si bien algunas abuelas toleran el tener que trabajar como cuidadores, otras simplemente dejan claro que no es su deber por más que adoren a sus nietos.
Ese es el caso de Josefa Feitosa, mejor conocida como “Jô”, quien es una abuela distinta a las demás que no deseó quedarse en casa. Ella trabajó durante mucho tiempo en el sistema penitenciario de Brasil y cuando al fin se jubiló, lo menos que deseaba era tener que criar a más niños.
Para ese momento ella tenía a sus tres hijos y a un nieto, el cual le pedían que cuidara ocasionalmente, así que en un momento determinado dijo que no y decidió dejar atrás su hogar. Vendió todas sus posesiones, casa, muebles y ropa, para hacer lo que siempre deseó.
Comenzó a viajar, primero por algunas regiones de su país para más adelante olvidarse de fronteras y salir a explorar el mundo.
Al comienzo una de sus hijas, Lilith Feitosa, le pareció algo extraño y molesto pues pensaba que los hijos eran quienes debían irse a explorar el mundo. Pero con el tiempo comprendió que su madre no era como las otras, ella deseaba salir a explorar y embarcarse en esa gran aventura.
Josefa contó a G1 que ella es una orgullosa madre dedicada, pero asegura que las abuelas no están hechas para cuidar a los nietos. Considera que la casa de las abuelas no deben tener las puertas abiertas siempre para sus hijos y nietos, pues también merecen privacidad.
Es por eso que prefiere conocer el mundo, llenarse de experiencias enriquecedoras que no puede obtener dentro de su Brasil natal.
Es así como a través de Instagram va compartiendo todas sus aventuras, quiere convertirse en fuente de inspiración para las personas mayores que les da miedo viajar. Ella suele estar en muchas ocasiones como mochilera, no se trata de lujos, sin embargo, cada experiencia le parece enriquecedora.
Trabajó durante años y crió a su familia con mucho amor, por lo que desea poder aprovechar su vejez para ella y llenarse de lindas experiencias.
Fuente: Upsocl.
