La Vigilancia Climática en la Era de la Incertidumbre
GINEBRA – En un contexto de creciente negacionismo climático, el máximo representante de las Naciones Unidas ha defendido con firmeza el papel crucial de la ciencia meteorológica. Antonio Guterres elogió el trabajo de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) como un salvavidas global en la monitorización de catástrofes medioambientales.
“Sin su monitoreo a largo plazo, careceríamos de las alertas y directrices que protegen comunidades y preservan millones de vidas anualmente”, declaró, refiriéndose a “la amenaza existencial del calentamiento global”.
Este respaldo surge cuando la administración Trump impulsa una agenda anticientífica, desmantelando servicios meteorológicos esenciales y despidiendo a cientos de especialistas de la NOAA.
Datos que Alarman
La OMM reportó recientemente que los niveles de dióxido de carbono atmosférico alcanzaron un máximo histórico el año pasado, superando cualquier registro en la historia de la humanidad y exacerbando fenómenos meteorológicos extremos.
“Los investigadores jamás deberían temer exponer la evidencia”, enfatizó Guterres, calificando al personal de la OMM como “la fuerza silenciosa que fundamenta toda decisión climática racional”.
Los sistemas de alerta temprana emergen como tecnología disruptiva clave para construir resiliencia colectiva frente a inundaciones, megatormentas, incendios forestales y olas de calor, independientemente del desarrollo económico de las naciones.