La comunidad hispana en Washington vive en alerta por redadas migratorias

La desinformación se viralizó a velocidad digital, alimentando el pánico en barrios y centros educativos bilingües. Este martes, padres y docentes se congregaron frente a la escuela Mundo Verde, lista para activar protocolos de contingencia ante una supuesta redada. La ansiedad creció cuando una camioneta oscura rondó el lugar, solo para revelarse como un equipo periodístico.

Mientras tanto, el ICE ejecutó allanamientos en restaurantes como Millie’s, donde empleados denunciaron tácticas intimidatorias. Aunque las autoridades no confirmaron detalles, el mensaje fue claro: nadie está exento. La alcaldesa Bowser, en un giro controversial, minimizó el estatus de “ciudad santuario” del distrito, priorizando relaciones políticas sobre protección comunitaria.

Organizaciones locales respondieron con talleres “Conoce tus derechos” y acuerdos de custodia preventivos para familias mixtas. “El 35% de nuestros estudiantes podrían ser deportados”, admitió una educadora bajo anonimato. En la era de la vigilancia algorítmica y las deportaciones exprés, la resistencia se organiza en grupos de WhatsApp y clínicas legales pop-up.

Este escenario refleja una batalla mayor: la lucha por la dignidad migrante en la era de la inteligencia fronteriza y las políticas de cero tolerancia. Mientras el debate sobre la reforma migratoria se estanca en el Congreso, las calles escriben su propio manual de supervivencia.