Un Salto Temporal por Decreto: Venezuela Entra en 2026
En un movimiento que redefine la narrativa del poder y el tiempo, el presidente Nicolás Maduro ha proclamado que la nación sudamericana ya ha cruzado el umbral hacia el 2026. Esta declaración se produce a escasas semanas del fin del año calendario global, siguiendo a su anterior decreto que adelantó las festividades navideñas.
La Estrategia Detrás del Adelanto Temporal
Durante una intervención pública, el mandatario venezolano afirmó: “El 2026 ya empezó, ya hoy es 2026. Empezó tempranero”. Según su visión, este salto cronológico busca posicionar a la República Bolivariana con una ventaja estratégica, “adelantada”, para cuando el resto del planeta celebre el Año Nuevo el primer día de enero. Esta decisión se enmarca en un escenario de alta tensión geopolítica con Washington, marcado por despliegues militares en el Caribe y la incautación de embarcaciones con crudo venezolano.
Narrativa, Control y Realidad Social
Maduro vinculó este decreto temporal con la construcción de un futuro inmediato: “Todo lo que hagamos ahorita va a permitir que cuando amanezca el primero de enero, vamos disparados”. La narrativa oficial presenta este acto como un acelerador para alcanzar una “patria pacífica y próspera”, al tiempo que destaca avances en ciberseguridad y defensa ante amenazas externas, en alusión a operaciones recientes contra embarcaciones sospechosas en aguas territoriales.
La Construcción de una Realidad Paralela
La proclamación culmina con un agradecimiento a “la fusión perfecta popular militar policial”, que según el presidente garantiza la soberanía y la paz de Venezuela. Este fenómeno va más allá de un simple anuncio; refleja las tendencias contemporáneas donde la posverdad y la construcción de realidades alternativas se convierten en herramientas de gestión política en medio de crisis complejas y disputas de poder globales.














