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Internacional

Petro y los sindicatos declaran guerra a las élites en paro nacional

El gobierno y los sindicatos se alían en una batalla épica contra las élites, mientras el Senado juega al póker con los derechos sociales.

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En un giro digno de una tragicomedia shakespeariana, Colombia se prepara para un paro nacional de 48 horas, donde los sindicatos, armados con pancartas y consignas, marcharán contra el Senado, ese selecto club de señores que, con la elegancia de un elefante en una cristalería, rechazó la consulta popular del presidente Gustavo Petro. ¿El crimen? Pretender preguntarle al pueblo si quiere reformas sociales, algo tan escandaloso como ofrecer agua en el desierto.

Según el comunicado de los sindicatos, esta huelga no solo busca justicia laboral, sino también “respaldar al Gobierno” y denunciar a las élites oligárquicas, esos seres mitológicos que, según las leyendas urbanas, habitan en oficinas de cristal y se alimentan de ganancias a costa del sudor ajeno. El Ministerio de Trabajo, en un arrebato de valentía, ha recordado a los empleadores que no pueden reprimir a los huelguistas, aunque seguramente muchos empresarios leerán esto mientras ajustan sus calculadoras para ver cuánto les costará la “solidaridad obligatoria”.

Mientras tanto, Petro, el caudillo progresista, ha emitido una circular presidencial autorizando a sus empleados a unirse a la movilización, siempre y cuando informen a sus jefes, porque nada dice “revolución” como pedir permiso por escrito. El mandatario, quien prometió estar “al lado del pueblo” en caso de una huelga indefinida, parece estar ensayando para un reality show donde el premio es la supervivencia política.

El Senado, por su parte, sigue siendo el villano favorito de esta telenovela. Tras rechazar la consulta popular con un ajustado 49-47 —y bajo acusaciones de fraude por cambiar un voto como si fuera una apuesta de último minuto—, ahora el Gobierno insiste con una nueva versión, esta vez con cuatro preguntas extra sobre sanidad, porque ¿qué mejor momento para jugar al “Trivial Pursuit” político que en medio de un paro nacional?

Así, Colombia se sumerge en otro capítulo de su eterna lucha entre el poder establecido y quienes pretenden reformarlo, donde las calles son el escenario, las pancartas los guiones, y la paciencia ciudadana, el recurso más agotado.

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