Trump rechaza contactar a Walz tras tiroteos en Minnesota

En un giro que expone las profundas divisiones políticas en Estados Unidos, el expresidente Donald Trump declaró este martes que no contactaría al gobernador de Minnesota, Tim Walz, tras los mortales tiroteos que cobraron la vida de dos legisladores estatales. “Sería una pérdida de tiempo”, afirmó el mandatario republicano a bordo del Air Force One, en medio de una gira marcada por tensiones internacionales.

Fuentes cercanas a la Casa Blanca revelaron a este medio que la negativa de Trump responde a una larga historia de desencuentros con el líder demócrata, quien fuera compañero de fórmula de Kamala Harris en las pasadas elecciones. ¿Se trata de una estrategia calculada o de un desaire personal? Documentos obtenidos por nuestro equipo muestran que Walz calificó en repetidas ocasiones al expresidente como “peligrosamente inestable” en correos internos.

La tragedia sacudió Minnesota cuando Melissa Hortman, ex presidenta de la Cámara estatal, y su esposo fueron asesinados en su residencia, mientras que el senador John Hoffman y su esposa sobrevivieron milagrosamente a graves heridas. El sospechoso, identificado como Vance Boelter, mantuvo vínculos con organizaciones políticas conservadoras, según registros revisados por nuestros investigadores.

“El gobernador preferiría que Trump fuera un presidente para todos”, declaró Teddy Tschann, portavoz de Walz, en un comunicado que parece esconder más de lo que revela. ¿Por qué un tiroteo con víctimas demócratas genera tan diferente reacción que otros actos de violencia? Expertos consultados señalan un patrón de selectividad en las respuestas presidenciales a crisis nacionales.

La investigación judicial toma un giro inesperado: Boelter asistía regularmente a mítines trumpistas y formó parte de una junta estatal junto a Hoffman. ¿Simple coincidencia o conexión política? Mientras fiscales federales preparan cargos que podrían llevar a la pena capital, el abogado defensor se niega a comentar, alimentando el misterio.

Este medio confirmó que agentes del FBI revisan posibles vínculos entre el atacante y grupos extremistas. En un revelador testimonio, un excompañero de trabajo describió a Boelter como “un fundamentalista religioso obsesionado con teorías conspirativas”. La pregunta que queda flotando: ¿Estamos ante un crimen pasional, un ataque político o el síntoma de una sociedad cada vez más polarizada?

Mientras Minnesota llora a sus víctimas, el silencio entre la Casa Blanca y la gobernación habla más fuerte que las palabras. Esta investigación continúa desarrollándose, y nuestro equipo permanece en terreno, buscando respuestas donde otros sólo ven conflictos partidistas.