La madrugada de este martes más de mil migrantes de nacionalidades de Venezuela, Colombia, Haití y Cuba, intentaron cruzar hacia Estados Unidos de manera forzada a través del Puente Nuevo Internacional de Matamoros, Tamaulipas, luego de que se corriera el rumor de que iban a pasar este día sin cita.
Fue pasadas de la una de la mañana cuando se armaron de valor y caminaron del acceso del Puente Nuevo Internacional a la línea fronteriza, en donde brincaron el cerco de elementos de la Guardia Nacional y Protección Federal que no los detuvieron al pasar por la aduana mexicana, irrupción que obligó que de los dos lados de la frontera se cerrará el paso.
El cruce fronterizo fue reabierto hasta las 7:35 horas de este día, siendo así un promedio de seis horas que estuvo cerrado a causa de los migrantes, que afectaron el cruce de miles de personas durante las primeras horas del día.
Por cuarta ocasión en el año, los extranjeros invaden el recinto federal alegando que están cansados de las fallas de la aplicación CBP One para obtener una cita ante un Juez en EU y solicitar su asilo político y humanitario, ya que tienen varios meses esperando en México.
Secuestros, extorsiones y vivir en la calle es lo que se han afrontado estos migrantes, razones por las que este martes decidieron ingresar en contingente de más de mil personas al Puente Nuevo Internacional de Matamoros, para ser escuchados por las autoridades estadounidenses.
Desde las 11 de la noche del lunes se empezaron a reunir en la Avenida Alvaro Obregon fuera del puente fronterizo para ingresar y llegar a pedir explicaciones a las autoridades de la CBP y de Migración en Brownsville, Texas en Estados Unidos.
Mucho extranjeros confiados que los iban ha dejar pasar hacia el país vecino del norte, hicieron fila en el paso peatonal apesar de que las autoridades del Instituto Nacional de Migración de México les decían que era una información falsa, se pudo observar como eran los niños que se encontraban sufriendo ante la situación al ser aplastados por el tumulto de gente que corría desesperada y ansiosa por pasar a EU.
Por Ángel Domínguez