Don Leo Ríos camina por casi 12 horas para llevar el sustento a casa, vende paletas heladas, bolis y chicharrones con su salsa

*Mientras unos evitan las aglomeraciones él las busca para ofrecer sus productos ya que no hay ventas.

En marzo del 2020, el COVID-19 llegó a México y con él una desestabilización económica que afectó a muchos, tal es el caso de Don Leo Ríos, quien desde muy temprana hora prepara su carro de paletas heladas, el bolis y los fritos para caminar por la ciudad ofreciendo sus productos, sin embargo, mientras unos evitan las aglomeraciones porque así lo indica el sector salud, el, las busca con esfuerzo, ya que es ahí donde él aprovecha para hacer el día.

Retomando el aliento, mientras prepara unos chicharrones con salsa, (De la que pica), Don Leo, platica que lleva cuatro años vendiendo sus productos, cansado, comenta que cuenta con una familia integrada por su esposa y tres hijos, quienes lo esperan en casa al final del día, es por ellos que lucha para sacar y llevarles el pan, actualmente solo sale para día, pero no se rinde ya que es lo que hay.

“Tengo 4 años vendiendo paletas y desde que llegó la pandemia buscamos donde hay gente para llevar el sustento a la familia y como no hay muchas personas, busco en hospitales, camino entre las calles y plazas para vender y bueno las ventas no están bien, solo sacamos para comer, nos afectó mucho, es un riesgo estar entre las aglomeraciones, pero hay que buscarle no hay de otra mi familia, lo que es mi esposa y mis tres hijos tienen que comer», mencionó.

Difícil situación para él, cuenta con una edad avanzada y pertenece a los grupos de riesgo, pero no puede quedarse en casa, porque no habría quien lleve el sustento, a pesar de que el cuenta con las medidas, “Jaboncito con cloro” como el dice y gel antibacterial, recorre la ciudad con una jornada aproximada de 12 horas, desde plazas, hospitales y hasta en el panteón se le observa, caminando ofreciendo sus helados y chicharrones para mitigar el hambre o el antojo de quien se encuentra a su paso.

«Es muy difícil, mas ahorita que es la cuesta de enero, la verdad muy difícil porque cuando hace frío el producto helado no se vende, vivimos del frito y del dulce, antes vendíamos hasta 500 pesos en el día ahorita podemos agarrar desde 150 hasta 200 pesos mínimo, pero tengo que caminar mucho, mi recorrido es desde las 8 de la mañana estoy en el Parque Olímpico, desde allí camino al Hospital del IMSS en la calle sexta, después al Hospital Pumarejo y de allí al panteón de los tomates, regreso a los hospitales de allí a la plaza Allende y así hasta que se dan las 7 de la tarde, es muy pesado pero hay que trabajar», comentó.

Por: Ezequiel Castillo.