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MrBeast descubre el árbol sagrado que une el cielo y el inframundo

Un viaje inesperado revela el poder místico de un símbolo ancestral que conecta tres mundos.

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Foto: El Universal.

¿Qué sucede cuando un ícono de la era digital se enfrenta a un símbolo milenario? Durante una expedición de 100 horas por las enigmáticas ruinas mayas, el disruptivo creador MrBeast no solo buscaba contenido viral, sino que tropezó con algo más profundo: la Ceiba sagrada, un portal natural entre dimensiones que desafía nuestra percepción del tiempo y el espacio.

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Más allá de pirámides y selvas, en las entrañas de Calakmul —la antigua ciudad maya cuyo nombre evoca dos colosos de piedra—, el equipo descubrió una metáfora viva: una estalactita y estalagmita fusionadas, recreando el árbol cósmico que para esta civilización unía el Xibalbá (inframundo), la tierra y el cielo. ¿Podría esta formación geológica ser un mensaje cifrado de nuestros ancestros sobre la interconexión universal?

La cueva de Balankanché, un laberinto subterráneo de 2 km, no es solo un sitio arqueológico: es un templo olvidado donde cada estalagmita parece un código de la cosmovisión maya. La Ceiba sagrada que impactó a MrBeast no es casualidad; es la materialización de una filosofía que veía la naturaleza como un ente sagrado. Mientras el mundo debate sobre inteligencia artificial, esta columna de piedra nos recuerda que la verdadera innovación podría estar en recuperar sabidurías ancestrales.

Imaginen el impacto: más de 100 artefactos rituales —quemadores de incienso, jaguares de jade— rodeando esta “árbol de piedra”, como si los mayas hubieran dejado un manual sobre cómo comunicarse con lo divino. ¿Qué pasaría si, en vez de explotar estos sitios como atracciones turísticas, los tratáramos como bancos de conocimiento espiritual?

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La lección es clara: mientras MrBeast revoluciona YouTube con desafíos extremos, la Ceiba sagrada nos propone un reto mayor: repensar nuestro lugar en el cosmos. En una era de superficialidad digital, esta formación milenaria —parte árbol, parte columna geológica— nos invita a un viaje vertical: hacia nuestras raíces y, simultáneamente, hacia lo trascendente.

Este encuentro entre el influencer más viral y el símbolo más antiguo de Mesoamérica no es una coincidencia. Es una provocación: ¿estamos listos para consumir cultura maya como entretenimiento, o podríamos usar su legado para diseñar un futuro donde tecnología y espiritualidad coexistan?

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