Una operación internacional liderada por la Policía Nacional de España, en coordinación con la DEA de Estados Unidos y la Policía de Países Bajos, desarticuló una célula del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) que buscaba establecer una franquicia operativa en Europa con apoyo de la Camorra napolitana. El operativo dejó 20 detenidos, de los cuales 15 ya se encuentran en prisión, y permitió asegurar importantes cargamentos de droga, armas, vehículos y metales preciosos.
La organización criminal, integrada por españoles, mexicanos, colombianos e italianos, utilizaba maquinaria industrial de gran tonelaje para ocultar cocaína y metanfetaminas procedentes de Latinoamérica, especialmente de Costa Rica. Su objetivo era introducir la mercancía a través de los puertos de Oporto (Portugal) y Róterdam (Países Bajos) para distribuirla posteriormente en España e Italia.
Entre los arrestados figura la mano derecha de Raffaele Imperiale, uno de los narcotraficantes más relevantes de la Camorra, detenido en 2021 en Dubái. También fueron capturados un colombiano considerado objetivo prioritario para la DEA, su hijo, y cuatro emisarios mexicanos del CJNG, quienes —según fuentes policiales— solían portar boinas al estilo de la serie Peaky Blinders como distintivo. Otro de los detenidos es un colombiano que realizaba rituales de santería con la creencia de “proteger” los cargamentos de drogas.
El golpe policial comenzó a gestarse hace más de un año, luego de pequeñas incautaciones en Bilbao y Valencia que llevaron a los agentes hasta varias fincas industriales en el centro de España. En estos espacios se almacenaba y custodiaba la droga antes de ser enviada a Italia, usando como centro logístico inmuebles ubicados en Talavera de la Reina (Toledo). En estas instalaciones se encontraron fardos marcados con dos logos, un hecho inusual en el narcotráfico.
Como resultado de la operación, las autoridades se incautaron de 1,870 kilos de cocaína, 375 kilos de anfetamina, 70 kilos de plata, 275,000 euros en efectivo, criptomonedas por 15,000 dólares, tres armas cortas de fuego y 15 vehículos. Además, se detectó un esquema de lavado de dinero a través de la compra de lingotes y monedas de plata, dirigido presuntamente por un empresario español sin antecedentes policiales.
Las autoridades aseguraron que la estructura criminal ya se encontraba reactivada ante la inminente llegada de nuevos cargamentos y que los miembros mexicanos habían sido enviados recientemente para reforzar la operación.
La investigación fue dirigida por el Juzgado Central de Instrucción Número 2 de la Audiencia Nacional y la Fiscalía Especial Antidroga, quienes calificaron el operativo como un “importante golpe” que aborta la instalación en España de una nueva filial del CJNG, considerado por Estados Unidos como una organización terrorista.
