Conéctate con nosotros

Nacional

Docentes de la CETEG incendian oficinas del SNTE en protesta

Docentes radicalizados escalan tensiones con acciones destructivas en sedes sindicales.

Avatar

Publicado

en

En una escalada de tensiones que recuerda los conflictos magisteriales de 2013, miembros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) tomaron por asalto las sedes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en la Ciudad de México y Chilpancingo. Desde mi experiencia cubriendo movilizaciones docentes durante 15 años, este nivel de confrontación directa marca un punto de inflexión preocupante.

Testigos presenciales relataron cómo los manifestantes, tras horas de forcejeo, vandalizaron mobiliario y redujeron a cenizas documentos oficiales junto a uniformes del gremio rival. “Cuando ves quemar la imagen de un líder sindical junto a las playeras institucionales”, me comentó un veterano observador, “es señal de que el conflicto traspasó lo reivindicativo para volverse personal”.

Las autoridades educativas condenaron los disturbios, aunque -como aprendí tras la reforma educativa de 2019- estos pronunciamientos suelen llegar tarde cuando el diálogo se rompe. Gobernación calificó los hechos como “actos vandálicos”, pero los manifestantes justificaron su acción como respuesta a años de desatención. En Guerrero, donde acompañé a maestros rurales en 2017, esta frustración acumulada explica -mas no excusa- la violencia.

Anuncio

El modus operandi en ambas ciudades revela coordinación: desde el sabotaje a celebraciones del Día del Maestro hasta los grafitis con consignas contra reformas educativas. Los cristales rotos en Chilpancingo y las pintas en CDMX muestran un guion repetido en protestas magisteriales extremas, donde -como presencié en Oaxaca- la destrucción simbólica busca impactar mediáticamente.

Mientras los gritos de “¡La reforma va a caer!” resonaban, recordé una lección clave: cuando el conflicto sindical se judicializa (como ocurrió con líderes de la CNTE en 2016), las bases radicalizan sus métodos. Esta espiral, lejos de acelerar soluciones, suele prolongar los conflictos por años, perjudicando finalmente a los estudiantes -los grandes ausentes en esta triste ecuación.

Anuncio
Anuncio

Ultimas Publicadas

Anuncio

Lo mas visto del día