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Nacional

El arte de domar la justicia con respaldo popular

Una explicación ministerial que redefine el concepto de independencia judicial para deleite de los mercados.

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En un alarde de claridad meridiana que hubiera enorgullecido a los más eximios maestros del doble lenguaje, el Gran Explicador Oficial, Marcelo Ebrard, iluminó a un selecto auditorio de inversionistas en Nueva York sobre las maravillas de la nueva geometría del poder.

Con la solemnidad de un cirujano que anuncia la extracción del apéndice a un paciente sano, desgranó las bondades de la reforma judicial, ese sublime mecanismo concebido para que el gobierno federal ejerza un control absoluto… perdón, quiso decir “una rectoría democrática”.

Frente a la candidez de quienes creen ver un control sobre el poder, el ministro desplegó una lógica impecable: si ya se tenía el dominio de la Suprema Corte mediante el nombramiento de ministros afines y una mayoría automática, ¿para qué modificar la Constitución? ¡He ahí el genio! La reforma, nos revela, no es un vulgar intento de concentración de poder, sino un acto de puro altruismo constitucional, un sacrificio del Ejecutivo para… tener exactamente lo mismo que ya tenía, pero con mejor marketing.

El pueblo, ese ente abstracto y siempre convencido, aplaude con fervor esta jugada maestra para reducir los niveles de corrupción. Porque nada combate la corrupción como un poder judicial que responde obedientemente a un solo mando. Es la nueva alquimia política: transformar el control absoluto en garantía de inversiones.

El nuevo Poder Judicial, lejos de ser un apéndice del ejecutivo, se erigirá como el gran paladín de las garantías jurídicas. Eso sí, garantías alineadas con el Plan México, esa hoja de ruta que, por casualidad, coincide punto por punto con los designios del inquilino de Palacio Nacional.

En este relato distópico donde la sumisión se vende como independencia y el control como liberación, solo cabe una conclusión: el arte de gobernar consiste en convencer a todos de que la jaula es, en realidad, un spa de cinco estrellas.

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