El épico combate entre el franelero y el policía que nadie pidió

En un giro irónico que ni Jonathan Swift hubiera osado imaginar, la Alcaldía Benito Juárez denunció hoy el ataque de un emprendedor urbano no regulado (antes conocido como “franelero”) contra un agente recaudador de impuestos extraoficiales (antes llamado “policía”). El altercado, digno de una ópera bufa, ocurrió mientras ambos defendían su derecho constitucional a extorsionar a los automovilistas.

Las autoridades, en un comunicado redactado con la solemnidad de un tratado de paz, explicaron que el operativo Blindar BJ 360º (nombre en clave: “Quítate tú pa’ ponerme yo”) ha “liberado” 606 plazas de estacionamiento para que puedan ser administradas exclusivamente por el gobierno, como manda la sagrada economía de mercado.

“Condenamos la violencia… excepto la institucional, esa va con descuento”

El quid pro quo fallido ocurrió cuando el ciudadano Raúl (alias “El Ministro de los Parquímetros Humanos”) se negó a pagar la cuota de protección a un uniformado que, según testigos, llevaba un letrero invisible que decía: “Acepto sobornos en efectivo y criptomonedas”. La discusión degeneró en un combate cuerpo a cuerpo que hubiera merecido transmisión en pay-per-view.

Mientras tanto, el jefe de Gabinete Bernardo Lartigue (cuyo apellido sugiere un ancestro francés especializado en l’art du racket) juró continuar con su cruzada para “preservar la legalidad”, concepto abstracto que en Benito Juárez tiene la consistencia de un taco de carnitas a las 3 AM.

Este reporte fue posible gracias a la Fundación por la Igualdad de Oportunidades en el Sector Informal de la Extorsión Vial. Mañana: “Cómo distinguir entre una mordida y una propina voluntaria: taller práctico”.