El penal de Culiacán ofrece armas y drogas con entrega express

En un sorprendente giro de eventos que nadie vio venir (excepto el 99% de la población), el centro de readaptación social de Culiacán demostró una vez más su compromiso con la libre empresa al albergar un catálogo de armas y estupefacientes que haría palidecer a los mejores narcoboutiques de la región.

Las autoridades, en un alarde de eficiencia digna de los Tres Chiflados, “descubrieron” tras una riña entre clientes insatisfechos: siete pistolas (con garantía), ocho cargadores (promoción 2×1), nueve smartphones (libres de compañía), dos módems (porque hasta el crimen necesita buen ancho de banda) y muestras gratis de la mercancía más adictiva: la impunidad.

El gobernador, maestro del realismo mágico, aseguró que los disparos fueron al aire (como si en México las balas tuvieran GPS para evitar civiles). Mientras, los heridos recibieron atención médica express – servicio que, irónicamente, no está disponible para los contribuyentes que pagan este circo.

Este establecimiento penitenciario, que debería llamarse “Amazon Prime del crimen”, mantiene su récord: en julio ofrecía paquetes de internet inalámbrico más estables que los del Infonavit, y ahora suma a su inventario artículos para el hogar (si tu hogar es un cartel).

Expertos en seguridad (los mismos que juraron que el modelo de “abrazos no balazos” funcionaría) calificaron estos hechos como “fallas aisladas” en un sistema que, según evidencias, es en sí una falla sistémica con techo y rejas.

Mientras los reos disfrutan de mejor infraestructura tecnológica que muchas escuelas públicas, los ciudadanos pueden dormir tranquilos sabiendo que sus impuestos financian este parque temático donde la ley es la atracción principal que nunca funciona.