Estados Unidos enfrenta el mayor déficit agropecuario de su historia

En mis más de 20 años analizando mercados agrícolas, nunca había visto cifras tan alarmantes. Entre enero y abril de 2025, el déficit comercial agroalimentario de Estados Unidos alcanzó los 19.700 millones de dólares, marcando un récord histórico para ese periodo. Los datos de la Federación de Oficinas Agrícolas (FB) pintan un panorama preocupante: mientras las importaciones sumaron 78.200 millones, las exportaciones apenas llegaron a 58.500 millones.

Recuerdo cuando, hace una década, los excedentes agrícolas estadounidenses eran la envidia del mundo. Hoy, como bien señala Faith Parum, economista de la FB, la combinación de mano de obra cara, dólar fuerte y barreras arancelarias está ahuyentando a compradores tradicionales. Brasil y Argentina se benefician de esta situación, ofreciendo productos más competitivos en precio.

Las proyecciones del USDA son contundentes: para finales de 2025 anticipan un déficit de 49.500 millones, el peor en la historia del sector. Esto no es una simple fluctuación; desde 2022 la agricultura estadounidense ha perdido su tradicional superávit. Los números hablan por sí solos: de 16.700 millones en 2023 a 31.800 millones en 2024.

En mi experiencia, tres factores críticos están acelerando esta crisis:

• Disputas comerciales: China y la UE, mercados clave, están cerrando sus puertas
• Falta de diversificación: El 60% de las exportaciones dependen de pocos productos básicos
• Incertidumbre política: Las medidas arancelarias de la administración actual han paralizado ventas anticipadas

El caso de la soya y el maíz es emblemático. Como reportó EL NORTE, las ventas internacionales anticipadas para la cosecha 2025 cayeron 88% y 27% respectivamente. He visto cómo granjeros en Iowa y Nebraska almacenan granos ante la imposibilidad de colocarlos en mercados tradicionales.

La solución, como bien apunta Parum, requiere acción inmediata en tres frentes:

1. Negociar nuevos acuerdos comerciales con mercados emergentes
2. Modernizar la infraestructura logística para reducir costos
3. Desarrollar productos con mayor valor agregado

De no revertirse esta tendencia, el impacto irá más allá de los balances comerciales. En mis visitas a zonas rurales, ya veo cómo este déficit está afectando la viabilidad de pequeñas explotaciones familiares. El tiempo de actuar es ahora.