Guanajuato archiva la despenalización del aborto tras polémico voto

En un giro digno de tragicomedia griega, el Congreso de Guanajuato demostró que la democracia es como un partido de fútbol: todo se decide en el último minuto con un gol de la diputada Mendo González, quien tras una “iluminación divina” (o quizá una llamada oportuna) rompió el empate con la elegancia de un elefante en una cristalería. Las feministas, vestidas de verde, coreaban “¡traición!” mientras los autodenominados “provida” celebraban como si hubieran salvado al mundo… de las mujeres.

La legisladora, con la “frente en alto” (y la memoria corta), declaró haber votado “en conciencia” después de una intensa reflexión que duró… exactamente lo que tarda un tuit en volverse viral. “No soy vendida”, insistió, mientras las estadísticas de niñas madres en Guanajuato (4,000 en tres años, incluidas 1,059 entre 10 y 14 años) se esfumaban como lágrimas en un discurso panista.

El PAN, campeón de la coherencia, defendió el “derecho a la vida” con la vehemencia de quien nunca ha leído un informe de embarazos infantiles. Su líder, Espadas Galván, citó al filósofo Castillo Peraza: “Bienaventuradas las tortugas en gestación”, porque en Guanajuato los huevos de reptil tienen más protección jurídica que las adolescentes violadas. Ironías aparte, el legislador olvidó mencionar que las clínicas clandestinas seguirán operando… con clientela asegurada.

Mientras tanto, Morena agitaba banderas libertarias como si fueran varitas mágicas, ignorando que la “persecución penal” que denuncian ya tiene nombre: 17 mujeres criminalizadas por abortar. La diputada Pedroza Orozco intentó razonar: “La penalización no salva vidas”, pero en este circo mediático, los datos son como sombras en la pared de la caverna platónica: todos las ven, nadie las cree.

El pleno terminó entre abrazos provida y consignas feministas, confirmando que en Guanajuato el progreso es como el unicornio: todos hablan de él, pero nadie lo ha visto. Y así, entre aplausos y lágrimas, el estado se consolidó como el reino donde las niñas paren, las tortugas tienen derechos y las diputadas… cambian de chaqueta más rápido que un mago en espectáculo infantil.