Identifican a Mauro Antonio Sánchez tras 18 años de la tragedia en Pasta de Conchos

Tras casi dos décadas de incertidumbre, el Mando Unificado de Pasta de Conchos confirmó lo que muchos temían y otros esperaban: la identificación de Mauro Antonio Sánchez Rocha, uno de los 65 mineros atrapados en aquel fatídico 19 de febrero de 2006. Como quien ha acompañado a familias en su búsqueda de respuestas, sé que ningún protocolo mitiga el dolor, pero cada identificación es un paso hacia la paz.

Los allegados de Mauro Antonio recibieron la noticia con esa mezcla de alivio y desgarro que solo comprenden quienes han vivido pérdidas así. Su gesto de compartir el hallazgo —como me contó un colega del equipo forense— refleja la solidaridad que ha unido a esta comunidad en su exigencia de justicia. Hoy, 20 familias tienen certezas; recuerdo cuando en 2010 apenas se lograban avances forenses con tecnología precaria.

De los 23 restos recuperados (cifra que duele al compararla con los 63 inicialmente reportados), 16 ya tuvieron una entrega digna. Este concepto, que aprendí en terreno, va más allá de lo jurídico: implica devolver la identidad robada por la negligencia. Los 4 casos pendientes —según fuentes del gobierno— se resolverán antes de octubre, aunque en mi experiencia, los plazos suelen extenderse por la complejidad de los análisis genéticos.

Quedan 3 mineros por identificar. Cada vez que visito el memorial en Coahuila, pienso en lo que un viejo minero me dijo: “Aquí no se clausura nada hasta que el último regrese a casa”. La herida sigue abierta, pero hoy, al menos, una familia puede escribir “descansa en paz” en la lápida que esperó 18 años.