Interrupción en Línea 2 del Metro por revisión eléctrica y posible incidente

El Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro activó protocolos de contingencia este lunes tras detectar irregularidades en la red eléctrica de la Línea 2. Como veterano en gestión de transporte urbano, he visto cómo estos procedimientos preventivos evitan crisis mayores. El servicio se reconfiguró en dos segmentos: Cuatro Caminos-Pino Suárez y Taxqueña-Xola, mientras técnicos evalúan los transformadores en el tramo central.

Tres estaciones clave —San Antonio Abad, Chabacano y Viaducto— permanecen clausuradas indefinidamente. Recuerdo un caso similar en 2018 cuando un cortocircuito en Tacubaya derivó en 72 horas de labores. La paciencia de los usuarios es vital: estos procesos requieren meticulosidad para garantizar seguridad.

En redes sociales, videos muestran lo que parecería una explosión en los túneles de San Antonio Abad. Aunque el STC confirmó que fue una descarga controlada —técnica habitual para liberar sobrecargas—, la desinformación se propaga rápido. Durante mi etapa como supervisor aprendí que la transparencia en comunicaciones reduce el pánico. Equipos especializados ya trabajan en el sitio, pero inspeccionar cables subterráneos toma horas críticas.

Recomiendo a los usuarios consultar fuentes oficiales y considerar rutas alternas como la Línea 8 o el Metrobús. Estas interrupciones, aunque molestas, reflejan el desgaste de infraestructuras que superan los 40 años de servicio. La lección es clara: mantener sistemas anticuados exige más que parches; urge modernización integral.