Jueza federal dicta prisión preventiva contra Tomás Yarrington por delincuencia organizada

Una jueza federal determinó la prisión preventiva para Tomás Yarrington Ruvalcaba, exgobernador de Tamaulipas, acusado de delincuencia organizada agravada y operaciones con recursos de procedencia ilícita. Esta decisión marca el tercer proceso penal en su contra, manteniéndolo recluido en el penal de máxima seguridad del Altiplano, ubicado en el Estado de México.

La magistrada Raquel Ivette Duarte Cedillo, titular del Juzgado Segundo de Distrito en Materia Penal en Toluca, resolvió que las pruebas presentadas por la Fiscalía General de la República (FGR) sustentan la presunta responsabilidad del exmandatario en los delitos imputados. La Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO) lo vinculó con operaciones financieras ilícitas y funciones de dirección dentro de una estructura criminal.

Yarrington fue detenido en abril de este año por elementos de la Policía Federal Ministerial e Interpol México, tras ser deportado desde Estados Unidos bajo un procedimiento controlado. Previamente, el 16 de abril y el 22 de mayo, ya había sido sometido a proceso por delitos contra la salud en su modalidad de colaboración con el narcotráfico, así como por lavado de dinero.

Antecedentes del caso de lavado de dinero

La investigación contra Yarrington se remonta al 7 de enero de 2009, cuando un testigo protegido, vinculado al Cártel del Golfo, denunció que durante su gestión como gobernador facilitó el tráfico de drogas y realizó transacciones con fondos ilícitos. La FGR consolidó la acusación con declaraciones de otros colaboradores judiciales, desglosando la indagatoria en múltiples expedientes.

Las autoridades estadounidenses también han aportado evidencia contra el exfuncionario. La DEA lo señaló públicamente por recibir millonarios sobornos del Cártel del Golfo y Los Zetas a cambio de protección. Testimonios clave, como el de Antonio Peña Argüelles —detenido en Texas—, lo identificaron como intermediario entre Yarrington y los líderes de estas organizaciones.

Antes de su extradición, Yarrington cumplió una condena de nueve años en la penitenciaría federal de Thomson, Illinois, por lavado de activos. Este historial refuerza los cargos actuales en México, donde podría enfrentar sentencias adicionales por su presunta participación en redes de corrupción y narcotráfico.

El caso refleja los desafíos persistentes en la lucha contra el crimen organizado y la colusión de funcionarios públicos, subrayando la importancia de la cooperación internacional para perseguir estos delitos.