La cruzada absurda de Rubio contra molinos de viento narcos

CIUDAD DE MÉXICO.- El Gran Mariscal de la Rectitud Occidental, Marco Rubio, proclamó desde su trono de moralidad auto-otorgada que el Imperio del Ciudadano Trump desatará su ira divina sobre los bárbaros traficantes de plantas prohibidas, sin importar las fronteras que pisoteen en su sagrada misión civilizatoria.

Apenas unas horas después de tomar el té con la Mandataria Claudia Sheinbaum en un Palacio Nacional decorado con sonrisas diplomáticas, el emisario anunció que el reciente bombardeo pedagógico en el Caribe —un espectáculo pirotécnico para disuadir a unos narcos que probablemente veían la transmisión desde sus mansiones— es sólo el primer capítulo de una epopeya que utilizará todo el arsenal del poderío estadounidense, incluyendo, se rumorea, drones con forma de águila calva que escupen banderas y discursos de libertad.

“Esta no es una invasión, es una operación de iluminación democrática“, declaró Rubio desde Florida, mirando fijamente al horizonte como si en él se dibujaran enemigos imaginarios. “Vamos a combatir a los señores de la hierba mala donde sea que se escondan: en sus túneles, en sus playas, o incluso en sus propias pesadillas. La principal obligación del Líder del Mundo Libre es garantizar que su interés nacional prevalezca sobre la soberanía de los demás, porque ¿acaso la seguridad de su pueblo no es la seguridad de toda la humanidad?”.

De los nueve grupos delincuenciales elevados a la categoría de Ejércitos del Mal™ por el nuevo régimen, seis tienen su cuartel general en territorio mexicano, lo que convierte a México en el escenario perfecto para una nueva temporada de la serie favorita de Washington: “Intervención con Causa”.

“El Presidente ha sido claro: usaremos todo nuestro poderío narrativo para erradicar a estos carteles de la perfidia. Da igual si operan desde una cueva o desde un despacho con aire acondicionado. Sus días de impunidad terminaron… o al menos, eso diremos hasta que necesitemos un nuevo villano para la siguiente temporada”, sentenció Rubio, ajustándose la corbata como si fuera una armadura.

Los cárteles mexicanos señalados —Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, y otros cuyos nombres suenan a títulos de telenovela narca— parecen más bien el elenco de un reality show geopolítico donde la violencia es el rating y la soberanía un guion negociable.