Mexicana de Aviación o cómo volar en el reino de los espejos

Desde el Aeropuerto Fantasma de la Cuarta Transformación (alias AIFA), la Máxima Líder del Vuelo Soberano inauguró solemnemente el primer avión de una flota destinada a competir… perdón, a “democratizar los cielos”. El Embraer E195-E2, bautizado como “El Ave Fénix de los Presupuestos Públicos”, promete llevar 132 almas (o votantes) a destinos donde ninguna aerolínea comercial osaría operar, porque —seamos honestos— ni el GPS encuentra esos lugares.

“Tener una aerolínea estatal es como tener un caballo de Troya, pero en versión neoliberal: por fuera dice ‘soberanía logística’ y por dentro lleva… ¡más logística!”, declaró la mandataria mientras posaba junto a una turbina que, simbólicamente, consume menos combustible que el discurso oficial.

La ceremonia incluyó el ritual sagrado de “la selfie con el fuselaje”, donde los funcionarios compitieron por demostrar quién podía sonreír más tiempo sin recordar que la aerolínea original quebró por los mismos vicios que ahora se enmascaran con retórica revolucionaria. “No es un capricho, es un símbolo”, insistió Sheinbaum, omitiendo mencionar que en el diccionario gubernamental, “símbolo” se traduce como “pozo financiero con alas”.

Datos curiosos que nadie pidió

• El avión ahorra 30% en combustible, mismo porcentaje que aumentarán los impuestos para sostener esta “empresa estratégica”.
• Los 200 mil pasajeros transportados en 2025 equivalen exactamente al número de usuarios que no pudieron reclamar equipaje perdido.
• Los 56 pilotos en capacitación aprenden, además de a volar, a esquivar preguntas incómodas sobre subsidios.

Mientras el director general de la aerolínea —un militar, porque qué mejor símbolo de eficiencia que un ejército administrando negocios— prometió “llevar la bandera nacional a cada rincón del país”, los pasajeros reales se preguntaban si “rincón” incluía finalmente reparar la pista del aeropuerto de Toluca.

La crónica oficial omitió detalles clave: que el Embraer es brasileño (¿soberanía?), que la flota completa llegará para 2027 (justo después de las próximas elecciones), y que “volar alto con los pies en la tierra” es, en realidad, el lema de cualquier político durante un discurso.

Al cierre del acto, se liberaron 132 globos blancos —uno por asiento— que representaban las esperanzas de rentabilidad. Testigos afirman que todos estallaron antes de tocar el cielo.