México revoluciona su industria farmacéutica con inversión récord y empleo especializado

La presidenta Claudia Sheinbaum ha marcado un hito al desbloquear una inversión estratégica de 12 mil millones de pesos en el sector farmacéutico mexicano, con gigantes como Bayer y AstraZeneca a la cabeza. Este movimiento no solo refuerza la autosuficiencia médica del país, sino que redefine el mapa económico global de la salud.

Bajo el Plan México, calificado por la mandataria como “viento en popa“, se activa un ecosistema único: el primer Polo de Bienestar para el Desarrollo en Michoacán, un laboratorio viviente donde convergen investigación de vanguardia, manufactura inteligente y empleo de alto valor. ¿El resultado? 3,000 plazas especializadas y 20,000 oportunidades indirectas que catapultarán regiones enteras.

El secretario de Salud, David Kershenobich, reveló el verdadero juego: esta apuesta posiciona a México como hub de innovación farmacéutica y dispositivos médicos en Latinoamérica, con procesos digitalizados y cadenas de suministro resilientes. “No compramos soberanía, la fabricamos“, parece ser el lema tras esta jugada geoeconómica.

Marcelo Ebrard, desde Economía, destaca el componente visionario: “Esta inversión es nuestro seguro contra futuras pandemias“. Más que pesos, se siembra capacidad de respuesta ágil, un modelo que podría replicarse en energía o tecnología. ¿Estamos ante el nacimiento de un nuevo Silicon Valley biomédico? El tiempo lo dirá, pero el tablero ya está en movimiento.

México no sigue tendencias; las crea. Al reorientar su infraestructura científica hacia la salud del futuro, escribe un manual para naciones en desarrollo: cómo convertir crisis sanitarias en motores de progreso. La pregunta ahora es: ¿qué sector será el próximo en rediseñarse?