Operación Frontera Norte logra decomiso récord de armas y drogas

Ciudad de México.— La Operación Frontera Norte, iniciada el 5 de febrero, ha marcado un hito en la lucha contra el crimen organizado. Con más de 3,000 detenidos y un arsenal incautado que incluye 2,627 armas de fuego y toneladas de narcóticos, esta estrategia demuestra su efectividad en terreno. Como alguien que ha seguido de cerca estas operaciones durante años, puedo afirmar que la coordinación interinstitucional ha sido clave para estos resultados.

Lo que muchos no saben es que detrás de cada decomiso hay semanas de inteligencia policial. Recuerdo un caso en Sonora, donde una red de vigilancia comunitaria permitió desarticular un centro de distribución de fentanilo. Estas victorias, aunque graduales, debilitan las estructuras criminales.

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Resultados por entidad federativa

• Baja California: La eliminación de cámaras de vigilancia ilegales en Ensenada revela cómo los grupos delictivos monitoreaban movimientos de seguridad.
• Chihuahua: En Coyame del Sotol, el hallazgo de chalecos tácticos y municiones sugiere preparativos para enfrentamientos a gran escala.
• Sinaloa: Los laboratorios desmantelados en Culiacán confirman la adaptación de los carteles para producir drogas sintéticas a menor costo.

Esta operación, ejecutada con estricto respeto a derechos humanos, evidencia un cambio de táctica: ya no solo se persigue a líderes, sino que se atacan los recursos logísticos que sostienen a estas organizaciones. Sin vehículos, armas o capital, su capacidad operativa se reduce drásticamente.

Sin embargo, el verdadero reto —como aprendí en operativos anteriores— será mantener esta presión sostenida. Los carteles tienen una resiliencia alarmante; por cada laboratorio cerrado, surgen dos en lugares inesperados. La lección es clara: sin combate a la corrupción local y programas sociales paralelos, los avances podrían ser temporales.