Reo fugado es recapturado y enfrenta nuevas acusaciones por homicidio

CULIACÁN, Sin.

En un giro que parece extraído de una serie policiaca, pero con las muy reales consecuencias que he visto a lo largo de mi carrera en el ámbito legal, Efraín “N”, de 51 años, ha vuelto a ser capturado. Este individuo, que se había fugado audazmente en abril de 2023 durante un traslado médico, ahora enfrenta el peso de la ley con dos nuevas órdenes de aprehensión. Le acusan de homicidio calificado y de un ataque premeditado contra dos personas, cargas graves que subrayan el peligro que representa su libertad.

La Fiscalía General del Estado de Sinaloa confirmó que su Unidad Especializada en Aprehensiones logró ejecutar las órdenes. El detenido fue localizado en el Centro de Reinserción Social de El Hongo, en Baja California, donde ya cumplía una condena por otro delito. Esto me recuerda un principio básico que siempre repito: la reincidencia es un patrón, no una casualidad. La justicia, aunque a veces tarde, suele cerrar el círculo.

La fuga original de Efraín “N” no fue un acto de ingenio cinematográfico, sino el resultado de una cadena de negligencias imperdonables. Los custodios a cargo de su traslado, identificados como David “N”, Guadalupe “N” y Gerardo “N”, fueron vinculados a proceso. He sido testigo de cómo protocolos aparentemente pequeños, cuando se ignoran, tienen consecuencias monumentales. En este caso, los agentes omitieron lo esencial: no le colocaron esposas, no notificaron al centro de mando C-4 sobre el movimiento y utilizaron un vehículo sin las medidas de seguridad mínimas.

Los detalles de la investigación son aleccionadores. Colocaron al reo en la caja cerrada de una camioneta, con una cerradura que solo se accionaba desde el exterior, y lo dejaron completamente solo, sin vigilancia interna y sin grilletes. Para colmo, optaron por una ruta alterna de terracería. Durante una parada para cargar combustible, descubrieron que su prisionero había escapado. Solo entonces activaron el protocolo de búsqueda. Esta sucesión de errores es un manual de lo que no se debe hacer en un traslado penitenciario.

Efraín “N” queda ahora a disposición del Juzgado de Primera Instancia de Control y Enjuiciamiento Penal de la Región Norte. Este caso sirve como un recordatorio crudo de que la seguridad en el sistema de justicia penal no depende solo de leyes y reglamentos, sino de la rigurosa aplicación de los protocolos por cada individuo involucrado. La experiencia me ha enseñado que un solo eslabón débil basta para que toda la cadena se rompa.