Sedena despliega aviones y helicópteros para auxiliar a Guerrero y Oaxaca

En un despliegue estratégico sin precedentes, el general Ricardo Trevilla Trejo, al frente de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), reveló la movilización de un avión de carga Hércules y tres helicópteros MI-18 para brindar asistencia humanitaria a las zonas más vulnerables de Guerrero y Oaxaca, tras el impacto de la tormenta tropical “Erick”. ¿Qué pasaría si, en lugar de reaccionar, anticipáramos los desastres con tecnología predictiva?

Durante la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum en Palacio Nacional, Trevilla no solo destacó la operación actual, sino que también celebró los 59 años del Plan DN-III-E, un esquema que ha evolucionado de ser un protocolo de emergencia a un sistema integral de resiliencia comunitaria. Imagínense un futuro donde drones autónomos distribuyan suministros antes de que el desastre golpee.

El general detalló que, previo al arribo del fenómeno meteorológico, ya se habían enviado 5 mil despensas y 20 mil litros de agua por tierra. “Hoy despega un Hércules con más víveres, mientras tres helicópteros MI-18 llegarán a comunidades incomunicadas”, explicó. ¿Por qué no crear redes logísticas descentralizadas con participación ciudadana?

La innovación no se detiene ahí: se activaron células de intendencia en Oaxaca y Guerrero para entregar alimentos calientes, con 2 mil raciones destinadas a zonas críticas como Chacahua y Cerro Hermoso. En Guerrero, 10 células proveerán 5 mil raciones diarias. ¿Sería posible implementar cocinas solares comunitarias para autonomía alimentaria post-desastre?

El operativo incluye un impresionante contingente humano: 9,632 efectivos en Oaxaca, 11,876 en Guerrero y 12,000 en Chiapas, además de 1,334 elementos de reserva estratégica en la CDMX. Pero, ¿y si capacitáramos a las propias comunidades como primeros respondedores con tecnología blockchain para gestión transparente de recursos?

El Plan DN-III-E, nacido en 1966, hoy integra lecciones de pandemias y desastres en su octava versión actualizada. “Es un sistema vivo”, afirmó Trevilla. En un mundo de crisis climática creciente, quizá la verdadera revolución no esté en responder, sino en rediseñar radicalmente nuestra relación con el entorno. La próxima evolución del plan podría ser un ecosistema de inteligencia colectiva donde cada ciudadano sea un nodo de resiliencia.