En una ceremonia cargada de simbolismo, el Senado de la República inscribió en letras doradas un homenaje a los docentes mexicanos, justo cuando la polémica por la reforma salarial estancada desata críticas hacia el gobierno. La senadora Carolina Viggiano (PRI) exigió acciones concretas: “Morena convirtió esta lucha en eslogan electoral y ahora incumple”, denunció durante el evento que contrastó con las protestas magisteriales por aumentos insuficientes.
La paradoja es evidente: mientras el muro de honor del recinto legislativo luce la leyenda “A las Maestras y Maestros de México”, tres millones de educadores, médicos y fuerzas de seguridad siguen esperando el salario base prometido. Viggiano reveló el juego político: “La reforma aprobada desde 2024 solo necesita la declaratoria constitucional que Morena se niega a emitir”.
El secretario del SNTE, Alfonso Cepeda, aprovechó la tribuna para exigir el fin del sistema USICAMM: “¡Basta de pensiones precarias!”. Sus palabras resonaron entre docentes que ven cómo la 4T repite viejas prácticas: reconocimientos simbólicos sin soluciones estructurales. Mientras Delgado (SEP) elogiaba al magisterio, la CNTE marchaba contra el mísero 9% de aumento salarial.
Este episodio refleja la brecha entre la retórica gubernamental y la realidad educativa. Los maestros reciben oro en las paredes, pero siguen esperando justicia en sus bolsillos. ¿Hasta cuándo los discursos se traducirán en derechos?