Sheinbaum defiende a Iberdrola mientras la empresa empaca maletas

En un giro tragicómico digno del Teatro del Absurdo, la presidenta Claudia Sheinbaum declaró hoy que Iberdrola no tiene motivos para huir de México, mientras la multinacional española contrataba a Barclays para vender sus activos más rápido que un político cambia de discurso.

“¿Retirarse? ¡Pero si aquí hay certeza jurídica!”, exclamó la mandataria con la misma convicción con que un mago anuncia que sacará un conejo del sombrero vacío. “Solo pedimos que las sociedades de autoabasto dejen de ser ilegales, como pedirle a un vampiro que use protector solar”.

La eléctrica, valorada en 4 mil millones de euros, parece haber interpretado el “¡Que se pongan en regla!” como una invitación a tomar el primer avión a Madrid. Mientras tanto, en Palacio Nacional, Sheinbaum insistió: “El 54% de CFE está garantizado”, omitiendo mencionar que el otro 46% parece estar garantizado para la incertidumbre.

Este episodio recuerda a aquel viejo chiste: “¿Cómo se llama a un inversionista que cree en la estabilidad fiscal mexicana? — Optimista profesional”. Mientras el Gobierno morenista exhibe su manual de Cómo ahuyentar inversiones en 10 lecciones, Iberdrola ya empaca sus turbinas eólicas con el mismo entusiasmo con que un turista abandona un hotel con chinches.

Lo dicho: en el país donde la generación eléctrica privada es tan “viable” como encontrar un unicornio en Reforma, hasta las metáforas se quedan cortas. Eso sí, la obra de teatro continúa: mañana, mismo escenario, mismo guión, pero con distinto elenco de empresas despidiéndose.