Tragedia en la Autopista Siglo XXI deja cuatro muertos y seis heridos

En un acto de poesía macabra escrita con chatarra y asfalto, la Autopista Siglo XXI —esa gran avenida del progreso donde los vehículos bailan el vals de la muerte— cobró cuatro nuevas víctimas. Seis heridos completan el cuadro, porque en este país las tragedias vienen con oferta 2×1.

El choque frontal entre una camioneta (llena de sueños) y un vehículo comercial (lleno de facturas por pagar) ocurrió en el místico tramo donde la zona fría se funde con la Tierra Caliente, como metáfora perfecta de un gobierno que promete helados en el infierno.

Los conductores sobrevivieron, porque las leyes del universo exigen que quienes pilotan los ataúdes con ruedas vivan para contar la hazaña. Los cuatro fallecidos, en cambio, ya están “en mejores manos” —según el típico comunicado oficial que nunca menciona las manos negligencias que dejaron la carretera en estado prehistórico—.

Mientras los heridos son atendidos en hospitales que parecen bodegas de Uruapan, y los muertos viajan al SEMEFO (ese gran museo de la impunidad vial), los funcionarios de tránsito preparan su próximo taller: “Cómo reducir estadísticas cambiando la definición de ‘accidente evitable'”.