Los hombres también sufren trastornos como anorexia y bulimia, padecimientos históricamente más ligados a la población femenina.
En Tamaulipas el género masculino ocupa el 32 por ciento de todos los casos detectados en clínicas y hospitales.
Hasta la semana 40 del año se ha diagnosticado en las unidades del sector salud un acumulado de 106 casos entre ambos sexos, informó el Boletín Epidemiológico que emite cada semana la Secretaría de Salud federal, y cuya base de datos se alimenta de reportes estatales.
De esos casos, 34 corresponden a hombres y 72 a mujeres, por lo que ellos ocupan el 32 por ciento y las féminas el 68%, según la estadística oficial que se da a conocer por parte de la dependencia federal, con corte al 7 de octubre de 2023.
Los 106 registros entre ambos géneros, reflejan, sin embargo, una ligera disminución con respecto al mismo periodo del año pasado, cuando se tenía un total de 123, lo que equivale a un decremento del 13.8%.
La anorexia, bulimia y otros trastornos alimentarios, se presentan cuando una persona no recibe la ingesta calórica que su cuerpo requiere para funcionar de acuerdo con su edad, estatura, ritmo de vida y demás.
La anorexia se caracteriza por una gran reducción de la ingesta de alimentos indicada para el individuo en relación con sus necesidades vitales. Esta disminución no responde a una falta de apetito, sino a una resistencia a comer, motivada por la preocupación excesiva por subir de peso o por reducirlo.
En la bulimia el consumo se hace en forma de “atracón”, durante el cual se ingiere una gran cantidad de alimento con la sensación de pérdida de control.
Son episodios de voracidad que van seguidos de un fuerte sentimiento de culpa, por lo que se recurre a medidas compensatorias inadecuadas como la autoinducción del vómito, el consumo abusivo de laxantes, diuréticos o enemas, el ejercicio excesivo y el ayuno prolongado.
Así lo informa la Secretaría de Salud, advirtiendo que son padecimientos que pueden causar desnutrición, afecciones cardiacas e incluso la muerte. Son difíciles de tratar y permanecen ocultos hasta para las amistades y familiares más próximos de quien los sufre.
Detrás de estos comportamientos hay una preocupación absoluta por el peso, por no engordar, por mantener una delgadez extrema.
La imagen corporal de sí mismo está distorsionada y no corresponde a la realidad, afectando por igual a hombres que a mujeres.
Fuente: Milenio