Por la pobreza incrementan los robos de alimentos

La pobreza, el desempleo y el hambre están obligando a que algunas personas recurran a medidas cada vez más extremas para satisfacer necesidades básicas como lo es su alimentación y la de sus familias, entre ellas destaca el robo de comida, delito que va ascendiendo en esta ciudad.

 

Este tipo de delito se le conoce como robo “famélico” y generalmente lo realizan personas de escasos recursos, que, en su desesperación por no tener dinero para satisfacer esta necesidad básica de subsistencia, ingresan a los comercios para sustraer de manera ilegal productos alimenticios para calmar su hambre, o la de su familia.

 

La Vicepresidenta de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) de Mante, María del Refugio Martínez Ocampo, mostró preocupación por el incremento de robos de alimento en la ciudad, señaló que en estos casos el monto del hurto pasa a segundo término, pues consideró que la gravedad está centrada en las causas que están obligando a que estas personas tomen la decisión de robar para quitarse el hambre, y consideró pertinente la intervención de las autoridades.

 

 

Dijo que son varios casos de “tenderos” que, aprovechando la afluencia de clientes en centros comerciales, supermercados o puestos de comida en vía pública, aprovechan para sustraer productos alimenticios ilegalmente, y que este delito está siendo muy recurrente en la ciudad.

 

“Generalmente son productos como arroz, aceite, frijol, pan, fruta, preocupa la situación porque están robando para satisfacer la primera necesidad que es la alimentación, las autoridades deben atacar el problema, están robando por hambre y no tener dinero para comprar comida”.

 

Martínez Ocampo comentó que, a diferencia de la política que aplican los centros comerciales y supermercados de poner en conocimiento a las autoridades y no aplicar el perdón a los responsables del robo de alimento, algunos socios de Canaco que se ven involucrados en estas situaciones únicamente solicitan que se devuelva el producto y generalmente se otorga el perdón.

 

Acaró que esto sucede siempre y cuando se compruebe que no existieron lesiones, amenazas y portación de armas, y sobretodo que el acusado demuestre que la sustracción fue por necesidad de satisfacer su hambre.

 

Fuente: Expreso Mante

 

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