De película, ante el asombro de los cuentahabientes, una abuelita de 89 años de edad, que lleva en cama más de 4 años, tuvo que pedir a paramédicos de la cruz roja de Reynosa, Tamaulipas su apoya con la finalidad de que la trasladaran en la ambulancia a la sucursal del bulevar Morelos del banco Banamex para tramitar su tarjeta de pensión.
Su familia por más de 6 meses estuvo intentado presentar toda las documentación que acredita el estado de salud de doña Dolores Gómez sin obtener respuesta.
Su nieta Julia Plata señaló
“Es una pena que nosotros tengamos que recurrir a esta situación de tener que trasladar a la señora Dolores Gómez en camilla, en una ambulancia, conectada con oxígeno, en la vena trae un suero, solamente para que ella pueda cobrar una pensión que no se le ha podido dar, son esas situaciones que uno dice, dónde están los derechos de los abuelos mexicanos”.
Su nietano conforme con hacerla acudir en la ambulancia, la institución bancaria prolongo la apertura de la sucursal por más de media hora, tiempo que doña Dolores estuvo en la camilla formada en pleno sol, todo para poder obtener la tarjeta y poder así cobrar la pensión del IMSS y la del Gobierno Federal y de este modo solventar los gastos que conlleva su enfermedad.
“Con ese dinero mi abuela se mantiene en el sentido de qué hay que pagar la enfermera que la cuide, hay que pagar pañales, sabanitas, sus medicinas, todo ese asunto”.
Desafortunadamente, casos como el de doña Dolores se repiten todos los días en México, personas de la tercera edad se ven afectados en sus recursos económicos al no poder acudir a realizar este tipo de tramites, el abogado Marcelo Olan, brindo asesoría a la familia, expresando
“No es posible que hagan esa gran injusticia con estas familias y así están muchas y necesitamos que realmente pongan cartas en el asunto el gobierno y legislen a favor de estos ciudadanos, porque simple y sencillamente es nada más la tarjeta la que se necesita, el dinero se está cumpliendo con el depósito, pero no se los entregan”
Al final, doña Dolores regreso a su casa en la misma ambulancia, una vez que pudo colocar su huella digital en los documentos y así obtener la tarjeta que tenía detenida por varios meses, trámite que su familia no pudo hacer ni con un poder notariado, ni certificados médicos.
Por: Raquel Vargas
