El padre de Virginia Giuffre rechaza la teoría del suicidio y exige una investigación

La muerte repentina de Virginia Giuffre, la activista que desafió al poder con sus denuncias de explotación sexual, ha dejado más preguntas que respuestas. Su padre, Sky Roberts, no solo llora su pérdida, sino que cuestiona abiertamente la versión oficial de suicidio, insinuando que fuerzas oscuras podrían estar detrás de este trágico desenlace.

En una entrevista conmovedora en Piers Morgan Uncensored, Roberts no ocultó su escepticismo. “No puedo aceptar que ella se quitara la vida. Alguien la atacó”, declaró con voz quebrada. Estas palabras no son solo el lamento de un padre, sino un desafío directo a las autoridades que cerraron el caso con rapidez inusual.

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Pero Roberts no está solo en su búsqueda de la verdad. Karrie Louden, abogada de Giuffre, ya había advertido sobre irregularidades en el caso. “Cuando me avisaron, lo primero que pensé fue: ‘Esto no tiene sentido’. Virginia no mostraba señales de depresión”, reveló al The Sun. ¿Por qué, entonces, se apresuraron a etiquetar su muerte como suicidio?

El comunicado de la familia, aunque reconoció sus traumas pasados, no logra silenciar las sospechas. Giuffre, una luchadora incansable contra la trata de personas, había sobrevivido a Epstein, al príncipe Andrés y a un reciente accidente automovilístico. ¿Por qué habría de rendirse ahora?

El momento de su muerte resulta especialmente sospechoso: apenas un mes después de su hospitalización y en plena batalla legal contra figuras poderosas. ¿Coincidencia? Los documentos filtrados en 2022 revelaron conexiones entre sus acusadores y redes de influencia que se extienden hasta hoy. ¿Podría su muerte estar relacionada con lo que sabía?

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Mientras las autoridades insisten en su narrativa, los testigos cercanos señalan inconsistencias. ¿Dónde está el informe toxicológico completo? ¿Por qué no se han hecho públicas las grabaciones de seguridad de esa noche? Las preguntas se acumulan, pero las respuestas brillan por su ausencia.

Lo que está claro es que Virginia Giuffre no era una víctima cualquiera. Su valentía al enfrentarse a Epstein y al príncipe Andrés la convirtió en un símbolo, pero también en un blanco. Ahora, su muerte podría ser el último capítulo de una historia que alguien quiere enterrar. ¿Permitiremos que eso ocurra?

La investigación independiente que exige su familia no es solo un reclamo de justicia, sino una prueba de fuego para un sistema que demasiadas veces protege a los poderosos. Si su caso se archiva sin respuestas, ¿qué mensaje envía a otras víctimas que buscan alzar la voz?

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Una cosa es segura: mientras su padre siga preguntando, el mundo debería estar escuchando.