Ciudad de México.- Más allá del marcador, Javier Aguirre prioriza el proceso de construcción del equipo. La dupla ofensiva Jiménez-Giménez muestra destellos de peligro, pero la zaga sigue siendo el talón de Aquiles del proyecto.

En las alturas de Utah, el Tri enfrentó múltiples adversidades: un rival europeo organizado, condiciones climáticas extremas y la ausencia del VAR, factor que influyó directamente en el resultado final (4-2). Esta derrota sirve como termómetro real del trabajo pendiente a doce meses del torneo más importante.

“Los errores colectivos nos costaron caro. Contra selecciones de este nivel, cada fallo se paga. Los cuatro goles fueron evitables con mayor concentración”

El partido mostró luces y sombras: mientras Breel Embolo (19′) y Fabian Rieder (90′) demostraron la eficacia europea, los mexicanos Vega y Sepúlveda (75′) probaron que el ataque puede ser letal. Sin embargo, los constantes fallos defensivos, incluyendo un gol en posición irregular de Amdouni (64′), evidenciaron la necesidad urgente de trabajar en la solidez colectiva.

Aguirre aprovechó el encuentro para rotar su alineación, dando minutos a promesas como Rangel, Lara y Orozco Chiquete. Este partido, más que un resultado, representa una valiosa radiografía de lo que funciona y lo que requiere ajustes urgentes en el esquema tricolor.

El próximo martes, ante Turquía, el Tri tendrá su segunda oportunidad para demostrar aprendizaje contra rivales de élite. El reloj no se detiene rumbo a Norteamérica 2026.