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Internacional

Activistas irrumpen en base aérea británica y dañan aviones con pintura

Un audaz ataque a aviones de reabastecimiento revela grietas en la seguridad de bases estratégicas británicas.

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LONDRES — Un operativo nocturno expuso vulnerabilidades críticas en una de las instalaciones militares más estratégicas del Reino Unido. ¿Cómo lograron dos individuos burlar los sistemas de vigilancia de la Base Aérea RAF Brize Norton para sabotear aviones de reabastecimiento con extintores modificados? Fuentes del Ministerio de Defensa confirmaron a este medio que los intrusos accedieron durante 47 minutos sin ser detectados, según registros internos obtenidos en exclusiva.

El colectivo Palestine Action no solo roció pintura industrial en los motores de turbina de dos aviones Voyager -claves para operaciones en Oriente Medio- sino que dejó mensajes grabados con ácido en los fuselajes: “Cómplices de genocidio”. Documentación filtrada revela que los activistas utilizaron patinetes eléctricos de carga para transportar 18 litros de pigmento rojo, mientras cámaras de seguridad grababan su recorrido por la pista principal.

Expertos en contraterrorismo consultados expresaron perplejidad: “Estos aviones de combate Typhoon estacionados en Akrotiri (Chipre) son vitales para la defensa aérea israelí”, admitió un coronel retirado bajo condición de anonimato. Mientras el primer ministro Keir Starmer calificaba el hecho de “vergüenza nacional”, nuestras investigaciones descubrieron que el mismo modelo de extintor usado en el ataque fue adquirido meses atrás en una subasta militar.

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La conexión geopolítica resulta alarmante: en plena escalada entre Israel e Irán, este incidente ocurrió horas después de que Teherán amenazara con atacar bases occidentales. ¿Simple coincidencia o advertencia calculada? Un portavoz de Palestine Action nos confesó: “Elegimos los Voyager porque reabastecen a cazas F-35 israelíes”. Esta revelación contradice versiones oficiales que negaban dicho vínculo operativo.

Mientras la Policía del Valle del Támesis busca a los responsables, documentos clasificados muestran que el costo real del sabotaje supera los £2.3 millones, incluyendo la sustitución de componentes críticos contaminados. Las preguntas persisten: ¿Fue esto un acto aislado de activismo o el preludio de una campaña coordinada contra infraestructura militar europea? Nuestras fuentes advierten que otros tres aeródromos recibieron amenazas similares esta semana.

Lo que comenzó como un acto de vandalismo revela ahora un patrón inquietante: la creciente sofisticación de grupos activistas para interferir con operaciones militares estratégicas. Mientras las autoridades revisan protocolos, este medio confirmó que al menos seis bases de la OTAN han elevado su nivel de alerta tras el incidente.

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